Desde mi caverna, día 58: el incidente con el barón discreto y el desliz de Simón

11.05.2020

Ximo Piug está cabreado. Al barón más discreto, más débil que Page y menos bocazas que Lambán, también con la coalición política mas sana del escenario, le han dejado en la fase chunga, a causa - sostiene Simón- de "un buen número de positivos sin detectar".

Un desliz de Simón que ha puesto al personal a bucear en los informes de las Comunidades Autónomas que están en sus páginas Web. La conclusión es atronadora: Simón no ha atinado, no.

Al presidente valenciano no solo le molesta que nadie le advirtiera de la transcendencia de este parámetro, sino que, si se analizan los documentos presentados por las Comunidades Autónomas, lo suyo tiene mala pinta.

Mientras en la Comunidad Valenciana, en el acumulado de los últimos siete días antes de presentar el informe a Sanidad, había 2.969 sospechosos no identificados, en el País Vasco, con menos población, eran 5.499. (Capítulo indicadores de Atención Primaria)

Luego es posible que, mañana, Simón encuentre otras causas que naturalmente existen, faltaría más, aunque en realidad ni Puig ni los demás las necesitamos. La cogobernanza asimétrica consiste en que en el Pais Vasco hagan lo que quieran.

La diferencia con Urkullu es que el voto del primero era necesario y el de Ximo no. Camarada, tú mejor que nadie debería saber lo que es buscar apoyos. Al fin y al cabo, como siempre, "en poco más de una semana" lo arreglamos.

Las expectativas creadas en Valencia no eran pocas ni de poca importancia. El levante aspira a salvar algo del verano, los ayuntamientos se han puesto a arreglar playas como locos y sobre ellos ha caído como una losa la "insuficiencia de la capacidad de diagnóstico". O sea, que hay que hacer test, aunque el Gobierno no los haya mandado.

En Valencia si sabían ir de chinos. Múltiples contactos - tener puerto es lo que tiene- le han servido a la Generalitat para acceder a material al que ni el Gobierno llegaba. Valencia siempre estuvo en la ruta de la seda que al Gobierno no le gusta, para no molestar a Trump y a los burócratas de la Unión.

El barón discreto ha sido tan discreto que, incluso, le ha echado una manita al Gobierno a la hora de entenderse con los vascos que, hace una semanita, estaban de morros, sin poder hacer sus elecciones si continuaba el asunto del confinamiento.

Ximo se había creído, dónde va a parar, que la lealtad paga y que todo tenía que ver con la ciencia. Ya les advertí aquí que no, que los populistas respiraban y, de paso, algunos socialistas temblaban. El incidente con el barón discreto solo es una parábola.

El PNV hace de su capa un sayo, tendrán sus elecciones; en Cataluña las provincias han desaparecido y Torra carcajea ante la enfurecida Esquerra; Ximo Puig tiene que ir de la mano con Ayuso en la queja. Vaya papelón para los barones, vaya papelón.

Sánchez ha tenido que convocar ejecutiva del partido finalmente. Las aguas no andan muy tranquilas. Mientras a unos les preocupan los bandazos, a otros les preocupa la querencia a Ciudadanos que no solo altera a Esquerra, sino que pone de los nervios a Iglesias y a la parte populista de las bases socialistas.

Sánchez quiere acuerdo presupuestario no solo para pasar de "indepes". sino para ver si puede llevar a Aguado al regazo de Gabilondo. Al menos, darle Madrid al partido sería una compensación. La pena es que Ayuso será todo lo tonta que se diga (también me acuerdo de los chistes de Aguirre), pero tiene el arma nuclear: la disolución de la Asamblea y las elecciones anticipadas.

Que los bandazos de la Moncloa - y la falta de trasparencia, mientras las Comunidades publican sus datos, el Gobierno no lo ha hecho- hayan sembrado de dudas las decisiones es corrosivo para la calidad del debate público.

Quizá lo que ocurre es que el Gobierno se ha llenado de animadores y hemos perdido la perspectiva de una Administración. Parece que más que Gobierno hay gabinete de Sánchez. Y eso es malo para la izquierda, quiero decir para la izquierda que no hace ruido. Ximo ya sabe que ser un barón discreto solo da para disgustos; ni les cuento el sentimiento de abundantes votantes.

La mitad de ustedes gozan de libertad condicional, ´úsenla con prudencia, no sea que pase lo que no queremos que pase. La otra mitad seguimos en la fase que antecede a la que seguirá, no se preocupen: mi nieto y mis nietas dicen que todo saldrá bien. Y yo les creo.

Banda sonora: Queen, David Bowie. Under Pressure


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