Desde mi caverna, día 19: buscando “un pico” desesperadamente
Mientras
la ministra de Trabajo trataba de convencernos de que las peras no son manzanas,
sin que notáramos su esfuerzo casi nada, el ministro responsable de todo, Señor
Illa, decía en el Congreso que ya hemos pasado la fase del pico.
En realidad, el pico es lo que buscamos todas las mañanas, mirando con cierto asombro una curva logarítmica que ustedes ni siquiera sabían que existía hace dos días. No; por ahora y por mucho que la miren, la curva no baja, como mucho parece que se queda como estaba.
Dicen los gurús, ahora, que no es pico que era meseta. A ver si en la Moncloa pillan el asunto y ajustan el relato.
Teniendo en cuenta los periodos de contagio, apenas hemos llegado al momento en que se note el encierro. Estamos, todavía, pagando las Idus de Marzo, ustedes me entienden. Esto no debe ser problema. Paciencia, si nos quedamos en casa acabará bajando.
La cosa es que, entre nuestros cansancios y las impericias, el deseo gubernativo por el pico empieza a ser compulsivo: de este modo, el relato podrá pasar a la siguiente fase, que el cronista y usted nos tememos: chicos, chicas, pasó lo peor, quédense unos días más en casa.
Después del pico, y un poco más, llegarán los test y contrataremos los cincuenta mil sanitarios un día de estos y les damos tiempo a los burócratas para que a la natural velocidad del rayo homologuen respiradores, y cosas así.
A la ministra de Trabajo le pasa algo parecido. Las cifras de desempleo han sido tan terribles como ayer les anuncié. No hacía falta ser un profeta ni un experto.
La ministra ha insistido mucho en que no todo lo que hay es paro. Es verdad, técnicamente, las personas afectadas por permisos retribuidos o los ERTE se dan de baja, luego no están en paro. Y dice la ministra que el paro oficial de nivel record es el pico.
Lo que parecen decir los números es que los trabajadores temporales han sido despedidos y que los contratos indefinidos han sido objeto de ERTE. Suspensión temporal y contratos temporales de poca duración estaban, prácticamente, ausentes en la crisis de 2008.
Como era de esperar, este trabajo temporal ha sido el primero en salir de la fuerza laboral. Además, en un mercado de trabajo donde se ha intensificado el uso los contratos de muy corta duración (intrasemanales o de fin de semana), ya no hace falta dar de baja a los trabajadores temporales, basta su no renovación.
En realidad, señoras y señores, pico sí que hay: no trabajamos nadie, excepto los servicios esenciales. A los tres millones y pico oficiales, hay que sumar seis millones en casa, de una forma u otra.
Hay que recordar que de marzo a junio es el mejor periodo de empleo en España; por lo tanto, no se queden con las cifras. Dicho de otro modo, tenemos un empleo ficticio que no sabemos si podremos sostener, más allá de los seis meses que garantizan los ERTE.
Se han adoptado medidas de protección de rentas, que se notarán dentro de un mes como poco, pero lo que hará falta son planes económicos de choque. Y para eso, sin dinero europeos no parece que haya recursos públicos.
Así que cada cual busca su pico. Hay que cuidarse de la ansiedad, haciendo lo que hay que hacer: ser responsable.
Ustedes
y el cronista no necesitamos ningún pico, nos quedamos en casa. Para ansiedad
la de mi nieto y mis nietas que, sin embargo, mientras saltan desaforados,
afirman que todo saldrá bien, Y yo les creo.
Banda sonora: Idina Mezel, let it go (Frozen)
Fotografía: Manitas en salsa vizcaína y vino de Castilla, ainss... resistiremos
