Vivimos tiempos oscuros

13.11.2020

Va un vasco paseando por el Bidasoa y le dice a su acompañante...

Hoy tocaría sesudo análisis presupuestario. Pero es viernes y, como llevan con el cronista más viernes que con Otegui, sabran que los viernes el jefe de la Ciicktertulia, Don Juan Ignacio Ocaña, quiere otro tono de radio, cosa que los CEO de la radio premian con notable estipendio (insistir es vencer, se lo he leído a un coach de esos)

Pues eso, que va un vasco paseando por el Bidasoa y dice a su acompañante: ¿Nos lo hacemos o no nos lo hacemos". Pablo contesta: lo hacemos, Arnaldo, lo hacemos.

Y nos la han hecho. Si tienen dudas le preguntan a Arrimadas, atrapada con todos los incompatibles, o a los restos del partido socialista realmente existente. Ya hablaremos del asunto en serio, pero que sepan Pedro y Pablo que sí, que esta vez, el cronista no solo está enfadado, sino que no les perdona.

A ver si me entienden, el momento presupuesto era el momento que adoramos todos los cronistas económicos. Tenías que pasar dos días leyendo tochos insondables de números, pero siempre encontrabas unas partiditas monísimas que te permitían una docena de crónicas, un par de artículos y gloriosos minutos en las tertulias.

Vean, amigas y amigos, para qué sirven ahora los presupuestos. Desde que hemos empezado la tramitación, tenemos presos acercados; despenalización, por vía del fiscal, del elogío al terrorista regresado; el español ha fenecido como lengua vehicular en la educación; se anuncian indultos y desaparecerá el delito de sedición.

Puedo entender el carácter humanitario de acercar presos. Pero quizá requeriría de algún arrepentimiento o, al menos, de un púdico silencio. Esta misma mañana ,el último preso acercado declaraba: "cometí atentados porque era mi trabajo". Olé.

SI tienen cerca a uno de esos adolescentes que no saben, según las encuestas, que existió ETA, quizá convendría que les informarán de que cometer atentados no está en la lista de trabajos del SEPE; incluso podrían afinar más y convencerles de que el tiro en la nuca es asesinato, no un trabajo lo diga el porquero o su obispo.

En fin; que cuando empiece el trafico de enmienditas con pela nos vamos a reír una "hartaa".

Es verdad que los presupuestos no dan ni para explicar mucho ni para que sus señorías trabajen. O sea; aumentan, sí: la Unión Europea pone 39 mil millones y ustedes con sus impuestos 25 mil millones. Que se gastarán en lo que diga la Comisión Europea.

Los ricos que han encontrado Pablo y Pedro pagaran 144 millones más, que es una cuarta parte de lo que los que no son ricos pagarán de más por el diésel. Cosa de la igualdad de verdad verdadera.

Dicho así, habrá que entender que sus señorías, trabajo, lo que se dice trabajo no tienen mucho y se dedican a tontadicas como las citadas.

"Vivimos tiempos oscuros" afirmó el Ministro de Magia - no es Ábalos, aunque su conocida capacidad para estar en Barajas y no estar en España, lo merecería- . Dumbledore se aprestó a darle a Harry Potter uno de sus atinados consejos sobre la vida: "la verdad es una cosa terrible que, por tanto, debe administrarse con gran cuidado".

Es por ello que el Gobierno, mientras negociaba los presupuestos, y por si nos poníamos a comentar lo que no debíamos, ha publicado una orden ministerial para, literalmente, "monitorizar la verdad". Uno no espera que el BOE gane un premio de literatura, pero agradecería que los textos fueran inteligibles.

Dice la Real Academia que monitorizar es observar parámetros fisiológicos con aparatos especiales. Pudiera ser que, ante la saturación de hospitales y en un encomiable ejercicio de servicio público, La Moncloa vaya a medir las taquicardias que producen las ocurrencias del tal Iván Redondo.

Ni el diccionario, ni el cronista ni ustedes saben qué significa eso de "monitorizar la verdad". O sea, pónganse en lo peor. Esta vez, el encargado de monotorizar, no será el motorista de la Guardia Civil, sino el secretario de Estado de Comunicación, que casi es peor, para qué engañarse: por lo menos, a los guardias los ves venir., 

Mientras me asignan el monitor de la verdad que me corresponda, aprovecharé para contarles que el vasco que empezó mi historia, le dice a Pablo: Pablo, estoy "in loving" con el estado.

¿El tuyo o el mío, pregunta Pablo? Pablo, acabas de regalarme el tuyo, ¿ya no recuerdas?. Pablo murmura de soslayo: ya empezamos con las bilbainadas; se atusa el moño y le escribe un guasap a Rufián: vamos a ver a Pedro, a contarle que lo convenido es conveniente, ¿te apuntas?

Y se fueron los tres, disfrutando de su corte sin complejos.

Pedro los recibe alborozado, Casado pone velas de gratitud a la virgen, Arrimadas no sabe dónde meterse y los barones socialistas tampoco. Abascal, agotado por el debate que no ha hecho, no quiere ser menos y también escribe un guasap: "Donald, sé fuerte".

Y ustedes, a punto de ser monitorizados enmascarados, esperan que el cronista les hable de los presupuestos. "Cuando pase esto", título del libro de Esther Ruíz, igual podemos volver a lo que antes parecía solido. Tendrá que ser en otro tiempo. Pásenlo bien que divertido el patio está.

(Clicktertulia. Viernes 13 de Noviembre 2020)

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