Un gobierno de malas personas
No podía concluir la semana, estimados y estimadas lectores, no haciéndoles una pregunta clave: si un ministro entra en la "fachosfera", podemos salir algún otro, o es que estamos en la "fachosfera" todos y todas menos uno.
Afirma la ministra de Trabajo y vicepresidenta, Señora Díaz, que el ministro de Economía es una mala persona. Debe colegirse que, puesto que los conmilitones del ministro se han puesto a su lado, también lo son. Cariño que los socialistas profesan a la vicepresidentta . En consecuencia, la opinión común es que son un Gobierno de malas personas, donde impera el buen rollo.
Nosotros y nosotras ya lo intuíamos, pero no nos atrevíamos colectivamente a decirlo no fuera solo que nos fueran a incluir en la "fachosfera", sino que el ministro de Justicia o ministro del Interior nos demandaran por entrometernos en secreto en las relaciones de los ministros y ministras que, evidentemente, se llevan de maravilla y nunca, pero nunca, hablarían mal los unos de las otras. ni las otras de los unos y viceversa.
Dice la Real Academia que, dicho de una persona, se trata de alguien "que piensa o actúa en desacuerdo con la norma moral". Así pues, tenemos un problema: ¿Cuál es la norma moral de la vicepresidenta del Gobierno?
SUMAR es una plataforma política que tiene por finalidad, dicen sus estatutos, "la promoción de los Derechos Humanos en todos los ámbitos sociales, políticos e institucionales".
Esa promoción ha llevado a la vicepresidenta del Gobierno a alcanzar grandes méritos políticos como destrozar al PC gallego, luego a las Mareas, después a traicionar a Beiras, más tarde despedir de golpe, e ilegalmente, a cinco mil militantes de la IU madrileña. Para rematar el asunto, hemos enviado a persona de los restos de IU que están en Sumar a bendecir a Maduro que, como todo el mundo sabe, es una gran persona, defensora de los derechos humanos. Todo de gran altura moral.
El motivo de la trifulca es que el ministro de Economía recela de los efectos de las medidas que impulsa la ministra, desde la reducción de jornada a las subidas salariales del SMI.
Expertos de la propia izquierda consideran que las medidas en las que trabaja la ministra, acompañadas por las que adopta la ministra de Hacienda, harán que la hacienda pública se quede con un cuarenta por ciento de la subida salarial que supone el SMI.
Señalan, también, que, además, sin aumento de productividad o reducción salarial, la jornada de cuatro días producirá bajas salariales o aumento de costes, presionando sobre los precios.
Esta es la cuestión sobre la que quiere reflexionar el ministro de economía.
Desde el ministerio de Economía niegan que exista un bloqueo en la tramitación y defienden que dada su trascendencia e importancia han dispuesto que pueda ser tratado en la primera reunión de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos en la que sea posible. En qué momento será posible es fácil de averiguar: cuando diga Pedro.
No parece posible de forma inmediata. Según fuentes de Trabajo, Economía, que es de ser muy mala persona, no les deja debatir el asunto hasta el 27 de enero, algo que consideran que se va de plazo. El ministerio que dirige Díaz habría solicitado la vía de urgencia, siendo también bloqueada.
Afirman que el PSOE lo que quiere es dilatar el asunto, porque la tramitación es larga, tiene que haber informes del Consejo Económico Social, pasar por los ministerios, llegar a las Cortes y, luego, negociar con la peña de aliados.
Si la medida no sale en enero nos iremos más allá del verano. Según el calendario político, las tramitaciones tienen unos tiempos que necesitan cumplir y pelean porque salga del Consejo de ministros este mismo mes. Muy mala gente rodea a la señora Díaz.
Y eso que aún falta por opinar otro que, a más de mala persona es algo cínico, es el Gobernador del Banco de España, entusiasta defensor de toda idea progresista hasta que le cambiaron de ministro a Gobernador.
Un Gobierno de malas personas nos rige, qué sorpresa. La vicepresidenta ilumina nuestro camino, mira que el cronista ya se lo temía.