Un agosto sin corbata (19): Criptoevento y criptoinvierno
De las criptomonedas ya les he hablado aquí. Conocen ustedes mi opinión. Comprar monedas virtuales no es una inversión. También, puede usted comprar oro o litio para baterías. Si está de vacaciones en Brasil puede comprar el cromo de un desconocido jugador de fútbol joven, esperando que lo compre el Madrid.
Este fin de semana se espera un evento de criptomonedas. Después de la opinión de reguladores, expertos y autoridades, algunos patrocinadores y presentadores, empezando por Cristina Pedroche que está en todas, se han retirado de un acontecimiento en el que los organizadores desean regalar bitcoins a los jóvenes que acudan al asunto.
"Mundo Crypto" organizador del evento espera lanzar su propia moneda, a pesar de que la Comisión Nacional de Los Mercados y la Competencia se opone a la iniciativa.
Desde el punto de vista económico es fácil pronunciarse sobre las criptomonedas. En primer lugar, su producción supone un absoluto derroche energético, una intolerable huella de carbono que se extiende por Rusia y China., especialmente No presta servicios que no presten las monedas tradicionales, suelen ser inútiles como instrumentos de inversión, sí de especulación, y han nacido para favorecer la economía irregular e ilegal.
Hace apenas un año, un informe evaluaba en un 46% las actividades ilícitas sostenidas en criptomonedas.
Las dos monedas más grandes del mundo, ethereum y bitcoin, se basan en lo que podríamos llamar "prueba de trabajo. Esto, simplificando, implica que las redes subcontratan su seguridad a una red descentralizada de llamados "mineros", que compiten, quemando cantidades absurdas de energía eléctrica, para legalizar una operación.
Cada vez que se legaliza una operación el minero que lo hace obtiene una recompensa (por bitcoin legalizado, que ronda los cien mil euros)
La crisis se desató en marzo. Bitcoin, la criptomoneda original, es responsable de aproximadamente un tercio del valor del sector. ha estado cayendo lentamente desde finales de marzo, junto con un malestar más amplio en el sector de la tecnología.
A principios de mayo, la crisis se desató. En una semana, cayó más que en el mes anterior. La causa inmediata fue el contagio del fracaso catastrófico de otro proyecto de criptomoneda, llamado Terra, que alguna vez estuvo valorado en más de 50 mil millones de dólares y terminó la semana sin ningún valor.
Cuando Terra colapsó, también lo hicieron otras criptomonedas. Ese declive estaba relacionado probablemente con la situación en la economía regular
Las acciones tecnológicas, en general, han sido aplastadas en los últimos meses,con una alta inflación, que socava el atractivo de las inversiones de alto crecimiento, y una serie de revelaciones punitivas a las empresas más grandes que plantean interrogantes sobre los límites de su expansión potencial.
En la práctica, cuando aumenta la inflación, Bitcoin cae y a medida que disminuyen las perspectivas de crecimiento, también disminuye la oportunidad de una revolución digital.
Además de eso, la criptoeconomía parece impulsada de manera desproporcionada por los inversores minoristas. Un viejo adagio financiero dice que cuando los taxistas comienzan a hablar de acciones, es hora de vender.
La evolución de las criptomonedas es sencilla. Los ganadores son las personas que vendieron sus tenencias de criptomonedas a principios de abril, y los perdedores son las personas a las que se las vendieron.
El sector de las criptomonedas ha sobrevivido a caídas catastróficas antes
Si hay motivos para el pesimismo, es porque esta vez podría ser diferente. Las criptomonedas han crecido al encontrar grupos cada vez más grandes de nuevos clientes. Pero este éxito podría ser tan grande y tan generalizado que hay pocos clientes nuevos para encontrar.
Y, eventualmente, las personas que tienen sus ahorros en criptografía necesitarán vender para pagar las facturas en el mundo real de la inflación y no podrán encontrar a nadie a quien vender. Puede llegar el criptoinvierno.