Tiempos difíciles
Vivimos tiempos difíciles. Hasta los bancos deben reinventarse a golpe de fusión, para susto de los banqueros y pasmo de Podemos, que le privatizan Bankia, así, sin avisar.
Cosa que da para sesudo análisis que les haré otro día, porque hoy es viernes. Y como ustedes llevan con el cronista más viernes que con el ministro de Universidades, o sea casi como todo el mundo, saben que Don Juan Ignacio Ocaña, el jefe de la Clicktertulia me tiene dicho que de los viernes de cosas sesudas nada.
.Cuestión que los CEO de la radio agradecen con notables estipendios (no cuela, no cuela); incluso hoy me han ofrecido bolígrafos personalizados,
Pero, sí, vivimos tiempos difíciles. Imaginen a excelsos funcionarios de nuestra gloriosa educación haciendo colas al sol, como si fueran vulgares inmigrantes en busca de papeles.
Fíjense, filas al sol, sin la sindicalmente reclamada botellita de agua, pagada con dinero publico, como si fueran usuarios de un comedor social.
Por dios, maestros y maestras haciendo fila cual ciudadanía corriente en el Centro de Salud de Perales de Tajuña, por un poner.
Qué duro, pero qué duro, es ser torero que, sin ferias, se tienen que dedicar a las señoras jóvenes. Qué duro trabajar en Sálvame y tener que ir en yates, para no contagiarse en cualquier playa de La Manga.
Que duro es ser zombie, ahora que todos lo parecemos
Qué difícil que se ha puesto ser banquero o banquera. Amenazados por fusiones, sin poder cobrar intereses, con ustedes devolviendo recibos, con las acciones por los suelos. Y ustedes, sin mérito alguno, cobrando subsidios de todo tipo. Solidaridad con los banqueros, por favor.
Cómo no va a quejarse el presidente de Castilla La Mancha, pobrecillo, que ve como los inmigrantes de Illescas tienen que venir a contagiarse a Madrid, porque él no tiene trabajo que darles.
Qué agobio para Amazon, por Dios, que no da abasto, ganando más que nunca, porque ustedes, malvados y malvadas, no hacen más que pedir juguetitos por compra electrónica, con la intención, seguro, que los conozco, de que los gobiernos le pongan impuestos.
Qué razón tienen para quejarse las tecnológicas que le salvan la vida en estos tiempos tan duros y ustedes se quejan.
Qué duro es ser un chef moderno y hacer un pollo en salsa. Si; cualquiera consigue un pollo, pero cómo hacer su afamada salsa. Cómo obtener sal del Himalaya o del Mar Báltico, de dónde sacar nitrógeno liquido de importación, como confitar ajos negros de tres generaciones sin ir a Vietnam, como buscar la miga de pan elaborada por Chema, el panadero de Barrio Sésamo.
Y, cómo hacer que usted se la coma. Un chef moderno, como es natural, no puede mandarle la salsa por Amazon, como si fuera el chino del barrio.
Cómo ser ministro de Consumo, ahora que usted no consume. Cómo ser ministro de Universidades, si hay que reunirse con rectores de esos que no han escrito libros de tres tomos y, además, no son anarquistas. Eso sí que es duro, duro.
Son tiempos difíciles. Pobres funcionarios del servicio público de empleo, obligados, sorprendentemente, a atender gente sin empleo, qué se han creído ustedes,
Pobres asesores de los ministros y ministras del gobierno, presionados para que declaren cuánto cobran. De qué hablan ustedes que ni cobran ni trabajan, por favor.
A ver si nos aclaramos. Son ustedes los que viven bien. Ocultos tras sus máscaras, sin trabajar, con subsidios de esos, mientras los que curran, de verdad tienen que aguantarles. Vamos, por dios, todos a sus casas.
Nuestros héroes y heroínas están enfadados y enfadadas. Se acabó el Dúo Dinámico: queremos aumentos de salarios, que se acorten las jornadas, no ver a la gente, cerrar las escuelas, que no llenemos cual irresponsables los hospitales.
Ustedes no piensan en ellos y ellas, insolidarios que son. Por si no lo han notado, el cronista se ha puesto en modo ironía. Pasen un buen fin de semana, como escribiría Antonio Daganzo, "mi corazón recio canta por todos".