Thomas Cook: el capitalismo se empeña en desaparecer
Es la operación de rescate más importante en tiempos de paz, afirma un portavoz de Boris Johnson. ¿Son migrantes en el mediterráne? ¿Son refugiados cruzando el mundo? No; son turistas.
Unos machotes estos británicos. La súbita declaración de suspensión de pagos de la mayor empresa turística del mundo, Thomas Cook, ha dejado secuelas en forma de turistas abandonados, vuelos cancelados, y deudas a lo largo de todo el globo y en toda la cadena turística.
Más de 22 mil despidos en todo el mundo, 9 mil en Reino Unido. Sumado a lo que costarán las repatriaciones, superaran los 227 millones de euros, que la empresa necesitaba que redujeran los prestamistas, una vez que se disponía a inyectar liquidez el principal accionista chino, que muy British la empresa ya no era - capitales rusos y turcos también andan por medio-.
Los chinos habían acordado inyectar quinientos millones de euros si los prestamistas refinanciaban 900, a cambio de quedarse con el 75% de la compañía de viajes y el 25% de la compañía aérea. Pero los prestamistas, insaciables. querían doscientos millones más. Imposible.
Así es el capitalismo, empeñado en hacer desaparecer el capitalismo desde hace unos años. Por cierto, los fondos buitre, los más importantes patrióticos fondos ingleses, que habían apostado en el mercado de futuros que la empresa suspendería pagos, ganarán más de doscientos millones.
Se calcula, además que los directivos de Thomas Cook se embolsaron bonos salariales de más de 53 millones de euros, desde 2007, mientras la empresa se dirigía a la ruina. Eso incluye los 40 millones pagados a sus tres CEOs desde ese momento.
Como les he recordado aquí alguna vez, Galbraith escribió un libro donde acababa diciendo "los imbéciles son separados, tarde o temprano, de su dinero". Lo que uno añade es que el dinero que derrocharon y derrochan en el casino era nuestro, de sus clientes.
Como les conté ya en 2009 aquí, Sarcozy, Merkel y Blair se aprestaban a refundar el capitalismo: "el anticapitalismo- afirmaron- es para un rato; la crisis del capitalismo financiero no es la crisis del capitalismo". "Lo que tenemos que hacer es moralizarlo para no destruirlo". He aquí, amigos y amigas, la verdadera lucha de clases: entre los emprendedores (el capitalista bueno y moral) y los financieros (esos ladrones irresponsables).
Casi una década después, seguimos esperando al capitalista moral. Lo cierto es que los gestores del sistema parecen empeñados en dañarle más que cualquier populismo de los que Usted tiene en mente.
La desregulación significa, simplemente, que compañías señeras, antaño dirigidas por conocedores del mercado son ahora esclavas de gestores financieros, cuyos bonos salariales son obscenos y que para incrementar el valor de las acciones con las que cobran recurren a la ficción contable y a saquear a las corporaciones.
La versión actual del capitalismo ha añadido un veneno corrosivo a la desigualdad: no solo es injusto, ya no es capaz de ofrecer productos que funcionen. Boeing dejó de ofrecer aviones seguros, General Motors pone la firma de la patente de Edison a productos chinos, las empresas que triunfan anidan fuera de control, en la cámara virtual de internet, ofreciendo productos que no son suyos.
¿Por qué fracasó Thomas Cook después de 178 años en el negocio? Ha sido víctima de una desastrosa fusión en 2007, una deuda cada vez mayor y la revolución de Internet. Agreguen la incertidumbre Brexit, y tal vez solo era cuestión de tiempo que el gigante de la industria colapsase.
En 2007 se fusionó con My travel. Una compañía de esas de alegres muchachos de internet que no obtenía beneficios, pero sí muchos usuarios, y cargó al grupo con deuda por valor de mil millones, que no ha podido refinanciar en estos años. Solo los chinos le salvaron de la quiebra hace un par de años.
Los británicos han seguido saliendo de vacaciones, pero ha cambiado su forma de contratación. Los beneficiarios son las compañías que reservan en línea y los perdedores las compañías de paquetes integros y que venden en tiendas, condenados a clientes de elevada edad y pocos recursos.
La crisis climática y las olas de calor han tenido un impacto. Para pasar calor la gente se queda en casa, no viaja a España a buscarlo, por ejemplo. Además Thomas Cook ha venido sufriendo la incertidumbre del Brexit, que ha afectado el poder adquisitivo de la libra esterlina.
España será sin duda muy afectada. Que lo sea más o menos depende de los alemanes, los competidores que andan buscando ya los contratos que abandonó Thomas Cook, que no solo monopolizaba el mercado inglés, también lideraba el alemán. Los principales mercados españoles.
La revolución disruptiva llega al turismo. Otro emblema británico, llegó a estar nacionalizada tras la Segunda Guerra Mundial, desaparece. Temblarán en su tumba los huesos el señor Thomas Cook, que en 1841 fletó el primer viaje organizado de la historia.
No fue a Magaluz,
ni al sol, ni a tomar copas; pueden creerme: fue un tren a un congreso antialcoholico. Entonces, parecía un buen
principio. En fin, otro trozo de capitalismo
se cae, pero ustedes sean felices; si hay que poner un británico en nuestra
mesa, se pone: hay siglos que un país no está para nada.