Su ineficiente comportamiento en verano
El Banco de España informó el pasado lunes de que en España las familias deben un 4% menos que el año pasado, tienen medio punto más de caja y son un 3% más ricos. Con dineros y en verano, el cronista se teme lo peor.
Bastantes de ustedes habrán contratado con Airbnb o Boooking, que les cobran un 25% por encima del precio de mercado. Una vez acomodados, ustedes se pondrán a disparar con la tarjeta como si fuera un fusil. Van al primer cajero que encuentran y se gastan en comisiones el equivalente a tres cervezas diarias.
Usted, que solo va al Museo del Prado en invierno y cuando llueve a cántaros, para no hacer cola detrás de los chinos, llega el verano y se las hace todas.
En Port Aventura por su nieto; en la barca de los espetos por su tropa familia, en el chiringuito por su señora o señor de usted. En economía, las colas son sinónimo de escasez y mercado negro. !Hombre o mujer de Dios!, cruce la acera, vaya a su nevera, incluso lea, pero huya de las colas, sinónimo de precio manipulado.
Ya lo sé: practican el turismo de experiencia, Y como usted no es como los demás, ya no le vale con el refrescante vinito blanco de toda la vida. No; ahora, usted caballero, las señoras no suelen hacer estas tonterías, me toma Spritz, un desconocido, hasta ayer, aperitivo de la Italia pija. Aperol vende la botella a once euros y en el chiringuito se lo cobran a precio de coctel de James Bond, cuatro veces más de lo que le costaría a usted en el super.
Pero no se rían las señoras, que ahora les recuerdo lo de ese pareo en modo manta salmantina, comprado a precio de seda china, a vendedores que utilizan una excelente estrategia de precio: "de cada uno según su capacidad", como si fueran marxistas. No hay dos pareos que cuesten lo mismo.
Mercado de experiencia llaman a esto; ah, ese momento en que la economía se convirtió en sensaciones que vivir e historias que contar... Ese magnífico momento, el mercado lo sabe, en que usted declara, aunque no lo crea, que esta dispuesto a pagar una barbaridad por cualquier cosa.
Como Usted insiste en permanecer siempre joven, como Dylan, contratará usted una nave de remos en un charquito, un velero cuando no hay viento, un curso de windsurfing, a pesar de su artrosis e, incluso, confiésenlo, van a comprar una paella al "take away", o sea el "pa llevar", que le pondrán en un cartoncillo de aluminio, cobrándole, eso sí, a precio de langosta.
Vale, Usted no sabe como cotiza el mercado de la paella, aquí le informamos: por encima de doce euros la ración, abusan; por encima de 18 le roban. Esfuerzo inútil el del cronista, ustedes irán a pagarla a veinte euros en algún marco incomparable, nunca hollado por huella humana, eso sí, rodeados de doscientos ingleses practicando gastronomía de experiencia.
El cronista no exagera. Ustedes están en contra de toda privatización pero pagan, a precio de monopolista, la privatización de la sombra que perpetra el empresario de las sombrillas. Ustedes protestan por hacienda, pero se pasan el verano pagando impuestos sobre el pecado: el azúcar, la gasolina, la ecotasa, ...
Sepa, señor y señora mía, que no: en la playa no hay wifi. Así que las fotos para epatar a su cuñado irán a la factura de datos excesivos, que puntual le remitirá el oligopolio telefónico.
En fin, sé que no me harán caso. Sean, entonces, felices. Buenas vacaciones a quienes les toque. Como el cronista no es envidioso, para nada, solo les deseo que la gota fría anegue sus mañanas y el viento azote sus noches, es para que ahorren, no porque les envidie.
( Crónica en ClickradioTV. Viernes,19 de julio de 2019