Soy un espía chino y ustedes sin saberlo

20.05.2019

Debo confesarlo. Mi teléfono es un Huawei. Es decir, sépanlo, este cronista es un espía chino y mi aparentemente discreto teléfono es una amenaza para la seguridad del total mundo occidental.

Sostienen los norteamericanos que mi teléfono tiene una puerta de atrás (backdoor, en la jerga) en la que un chino, como son muchos puede haber un chino por teléfono al parecer, se entera de todo. Para que vean lo importante que es uno: a mi edad, soy un espía chino

El caso es que Google, siguiendo la contraseña de Trump, ha suspendido una parte sustancial de sus acuerdos con Huawei, después de que el presidente norteamericano incluyera a la empresa china en su lista negra.

Al hacerlo, Huawei Technologies perderá de inmediato el acceso a las actualizaciones del sistema operativo Android y perderá el acceso a aplicaciones y servicios populares, como Play Store y la aplicación Gmail.

Y ya me dirán Ustedes que hacemos con un teléfono que solo sirve para hablar, como si fuéramos gente de los noventa: escuchar música en CD o hasta comprar un libro de esos de papel, dónde va a parar.

Google acepta en silencio que la compañía china es un riesgo inaceptable para la seguridad nacional; un discurso impulsado por Trump que expulsaba inicialmente de las próximas redes de voz y datos 5G a los chinos.

Situación que, parcial o totalmente, sigue la comunidad de espías que lidera la CIA: los británicos, los australianos y Nueva Zelanda. También están en ello los holandeses y japoneses. El presidente Emmanuel Macron dijo el jueves que Francia no bloquearía a Huawei y, también, sostienen esa opinión en Alemania y en Bélgica.

El asunto, en fin, no es de espionaje sino de una abrupta guerra comercial en la que Trump quiere imponer tecnologías más atrasadas y más caras. Huawei tiene un papel protagonista en el desarrollo del 5G, la tecnología imprescindible para mejorar la productividad, acompañar la inteligencia artificial y anticipar la robotización

Una carrera en la que EEUU no ha podido colocar a sus grandes grupos tecnológicos. Cinco empresas lideran el despliegue global de redes: la sueca Ericsson, la finlandesa Nokia, la surcoreana Samsung y las dos chinas ZTE y Huawei.

Los consumidores nos quedaremos sin las utilidades más necesarias de nuestros teléfonos chinos. Huawei se ha impuesto en el mercado español de telefonía móvil, convirtiéndose en el número uno del sector en ventas de smartphones por unidades.

La decisión de Google de retirar la licencia para usar el sistema operativo Android en los productos de Huawei, que también perdería el acceso a Google Play Store y a todas las aplicaciones de Google, corre el riesgo de dañar seriamente a los consumidores.

En España, Huawei ya es el primer vendedor de teléfonos inteligentes. El grupo chino logró en 2018 una cuota por unidades del 28,3%, superando así a la coreana Samsung, el líder tradicional, que se quedó en un 27,2%.

Las notables diferencias entre Huawei, Samsung y Apple se explican por los precios medios de sus productos. Las acusaciones no probadas sobre los chinos nos condenan a ponernos en manos de las compañías más caras.

Lo que demandábamos a Google era que protegiera nuestros datos, que no monopolizara los mercados y lo que recibimos es más exclusión digital.

Los simpáticos muchachos norteamericanos de internet (todos chicos y muy blancos) , para ocultar sus no pocas vergüenzas y no reconocer  las ventajas que obtuvieron en el 4G (de las que nacieron Uber, Airbnb, Amazon, Facebook,...), se han plegado a Trump, a ver si ganan alguna ventaja en el camino a las nuevas redes.

La guerra comercial ya ha provocado un efecto dominó. Después de Google, las principales empresas de chips y microchips de EE. UU., desde Intel hasta Qualcomm, desde Xilinx hasta Broadcom, han bloqueado los suministros a Huawei anulando la operatividad de la compañía.

Impedir la posibilidad de actualizar el sistema operativo y, en consecuencia, el uso de aplicaciones, por ejemplo, Gmail, Youtube y Play Store, constituye un daño enorme para los consumidores, tanto en términos de seguridad del sistema y de privacidad, más vulnerable a ataques externos en ausencia de actualizaciones, como en términos de funcionalidad del producto: es probable que los propietarios actuales de los productos de Huawei se encuentren, dentro de poco tiempo, con un dispositivo que no sea utilizable.

En fin, sepan Ustedes que si reciben una llamada de este cronista, serán espiados, sostiene Trump; qué cuento chino más hermoso en tiempos que llaman de guerra híbrida. En fin, sean felices, miren a sus espaldas y pongan cara de espías, es lo que se lleva.

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