Sánchez me quiere hacer feliz…en 2050

24.05.2021

Yo veo que me va a pillar un poco mayor, "longevo", por usar la frase que tanto se repite en el documentito de marras, tan exquisitamente presentado por La Moncloa.

Por cierto, al firmante le gusta la prospectiva, nada que objetar,cree que es un ejercicio que debe hacerse, todo el mundo anda haciéndolo; es responsable hacerlo, solo tengo un pequeño pero: los documentos científicos no suelen presentarse como manifiestos políticos. Si un ejercicio de prospectiva se convierte en un mitin, deja de ser una prospectiva. Cosa del sentido común.

Pero no me negaré a que Sánchez me quiera hacer feliz, faltaría más. Soy de fácil conformar, mire Loquillo me ofrecía un camión y aquí me tienen. Casi que yo hubiera preferido que Zapatero, loado sea, me hubiera dejado jubilarme un poquito antes o incluso tener un trabajillo que completara la pensión, sin molestar a ningún milenial, ni nada.

Pero el caso es que, tras conocer los males de la patria, que vienen a ser los mismos de los últimos veinte años, y repasar las soluciones estratégicas previstas, las mismas de los últimos veinte años, llega uno a la página 19 y ahí está el secreto estratégico, tercer párrafo: "hacer de España uno de los países más felices del mundo". ¡Ele!. Quejicas tendrán ustedes, con tan benéfico gobierno.

El documento es un chasquidito de dedos, un dame un silbidito, en que decenas de expertos, bastante razonables, han dejado su consejo. Consejo recibido, gracias. Grandes cambios se nos vienen encima y prepararlos parece razonable.

Tan razonable, tan razonable, que España tiene en este momento 21 estrategias a largo plazo, desde la movilidad a la nación emprendedora, pasando por la chapita del 2030 y la economía circular. O sea, un exceso de prospectiva parece, pero que es eso comparado con nuestra inmensa felicidad.

El Gobierno ha tenido una visión: en 29 años estaremos en el núcleo de los ocho países fetén, fetén, de Europa. Todos los países europeos están teniendo sueños de este tipo. La pandemia y las crisis de valores han destrozado no solo el tejido económico sino también de modelo social europeo.

La cosa es que, para hacerme feliz, el Gobierno necesita mejorar la productividad, las pensiones, la recaudación y reducir gastos. O sea lo de siempre. Y crear empleo en niveles que, se diga lo que se diga, no se han creado nunca en España.

En una palabra, en 2050 necesitaremos lo mismo que hubiéramos necesitado hace una década: un modelo productivo, centrado en la productividad, que no cronifique el salario miserable. Por cierto, veinte años es lo que lleva la productividad sin aumentar en España. Es lo que hay.

Un lío de la leche. Además, queremos vivir en un arco de quince minutillos, nuestro barrio, que no estará el asunto para hacer viajecitos de avión, excepto el Falcón, que quizá...

El tiempo es una variable que la economía casi siempre se toma en serio. La política bastante menos: de hecho, esos nueve grandísimos problemas que tenemos, tienen que ver con decisiones que se tomaron hace tiempo. Alguna, por cierto, por la izquierda.

El documento "España 2050" con el que Sánchez me quiere hacer feliz suena a cartita a los reyes Magos, sobre todo, porque carece de lo que falta para hacer una transición de tan elevado nivel: un grado notable de consenso.

¿Existe verdadera voluntad de seguir esta hoja de ruta? En un marco de estrategia, donde se recomienda el emprendimiento, el trabajo cooperativo y estas cositas de nada, la Señora esposa del presidente del Gobierno, cuyas cualidades para obtener cátedra desconozco, anima, cual veterana troskista, a hacer entrismo en una organización empresarial existente. O sea, prospectiva.

Una condición necesaria, sostiene Sánchez, para que un documento de prospectiva sea útil es que debe trascender a distintos gobiernos, de distinta ideología: o sea, consenso en el momento cero. Cosa que, evidentemente, el señor presidente practica con alegría, mientras se piensa si consensúa con su Gobierno, con España o con Cataluña, por cierto, un pequeño problemita que no aparece en el documento.

Sánchez me quiere hacer féliz...en 2050, por si me pilla algo mayor, y no le da tiempo casi le pediría que me lo hiciera un día de estos, así sin planificar ni nada. Y, mire usted, me haría bastante feliz que dejaran de descomponer la izquierda y sus políticas. Ayudaría bastante.  

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