Recomendación en tiempo de patriotas
Se acabó la época MAGA (Make America Great Again). Se acabó la magia, probablemente, por ello Elon deberá dejar la Casa Blanca, para volver a enganchar a sus accionistas y prestamistas algo mosqueados. Y de paso, permitir que los republicanos amiguetes ganen elecciones, que con él por medio la cosa se pone chunga: pregunten en Wisconsin.
Ahora empieza la época MAWA (Make America Wealthy Again). Sí; suena a chamán y, probablemente, lo sea. Los datos ya los conocen ustedes: un 10% para gobernarlos a todos, un 20% para Europa y un 25% para el automóvil, además de lo que se puso al aluminio y al acero. ¿Por qué estas cifras y no otras?
¿Quién dijo que los políticos no podían comer dislates matemáticos y, menos aún, ignorar lo que es un arancel?
San Agustín afirmó: "El buen cristiano deberá guardarse de las matemáticas y de todos aquellos que practican la predicción sacrílega, particularmente cuando proclaman la verdad". Afirmación que a ustedes, hombres y mujeres modernos, les parecerá una barbaridad; pero es que San Agustín, en el siglo IV después de Cristo, solo conocía a matemáticos como Trump.
Los cálculos de las nuevas tablas de la Ley por el prócer presentadas, bajadas de alguna nube de Inteligencia Artificial o prestadas desde la nube por Moises, el primero que bajó algo de la nube, digan lo que digan los modernos, para hacerse rico, dicho por él, son delirantes. Resulta que un arancel es la división del déficit comercial por el volumen de transacciones. O sea, ni idea de lo que es un arancel. Le digo yo eso a mi profe y me expulsa para toda la vida.
La Organización Mundial de Comercio, que algo sabrá de esto, estima el arancel medio de Europa a Estados Unidos en un 4,5%, Trump el 39%. Imagino que en el país de las mejores escuelas de negocios y facultades de matemáticas que nos han dado "mentes maravillosas" la vergüenza habrá sido notable y los "memes" correran por todas las escuelas.
Pero qué vamos a hacer. Vivimos tiempos de patriotas. El mismo día que Trump quiere hacerse más rico, lo de América le importa un pepino, el Gobierno español emite un ejemplar anuncio, financiado con fondos europeos, eso sí: "Compra lo tuyo, defiende lo nuestro": se empieza por ahí, se sigue con el "yo también como patatas" y comprando un seat seiscientos, que lo veo venir.
Pedro, entre tanto, se ha sacado la billetera que no tiene, ofrecido el dinero que no tiene (la mitad son créditos) y se ha hecho una foto, mientras pedía que Europa le pagara la fiesta. Lo que hay.
Tampoco han faltado al gesto patriótico los de VOX. Todo el mundo tiene la culpa menos Trump, hay que proteger al amigo que luego habrá que pedirle ayudas "políticas", ya me entienden, que Le Pen no está para tonterías.
Las medidas de Trump nos llevan no ya al siglo pasado, sino a los peores tiempos del siglo pasado, donde las guerras proteccionistas y anexionistas devinieron en masacres. No fue casualidad que la Unión Europea empezara por el carbón y el acero, como elementos aglutinadores de una nueva realidad política.
No soy quien para dar recomendaciones. Pero, créanme: en tiempo de patriotas, lo mejor es la paciencia, la cooperación y buscar las debilidades ajenas.
Quiero decir que hay dos discursos que deben conducirnos al mismo sitio: si creen que Trump puede cambiar de opinión, paciencia. Uno cree que no; que es un "pato cojo" sin intereses electorales, hasta que se produzcan las elecciones de medio mandato y los republicanos entren en pánico.
Pero si ustedes creen que es una amenaza para negociar, pues. paciencia y a negociar y, sobre todo, de a buscar alternativas para que no vuelva a pasar lo mismo.
Si Ustedes son como el cronista y opinan que esto no va bien, pues a defender pacientes negociaciones con la mano izquierd, mientras trajinan respuestas con la mano derecha.
Que debiera trajinar la Unión Europea: "⁹buscar las debilidades," "los cuellos de botella". Trump ha sobreestimado la economía norteamericana y tiene dos campos en los que el suelo se mueve bajo sus pies. En primer lugar, no nos andemos por las ramas: a por los GAFA (Google, Amazon, Facebook, Apple). En segundo, importa muchas medicinas, a cuenta de las demandas de las voraces aseguradoras: a por ellas.
Que sí, que no será gratis, pero la "pandi" de oligarcas fanáticos, blanquitos y fantoches irán a la Casa Blanca a contarle a Trump lo dura que es la vida. Los accionistas de Tesla, que son más listos que su dueño, ya están empujando a Musk fuera del capitolio: puede no ser el único.
Manejemos en cooperación y con inteligencia los ingentes recursos que vamos a poner en el mercado. Hagamos que las acciones de los fabricantes de armas norteamericanos bajen, fabricando los europeos nuestras propias armas. Eso duele, duele mucho.
Y no les quepa duda de que debemos plantearnos una estrategia para no dejarle el mundo ni a Trump ni a Putin, tampoco regalemos el planeta a los chinos, consecuencia de la era "Mawa" del nuevo chaman.
Africa, Asia, América Hispana pueden recibir propuestas de cooperación en forma de impuestos corporativos más leves, en cooperación sobre el calentamiento global, sobre salud, incluso rebajando aranceles a los llamados países terceros. O se pueden mantener aranceles, mientras se bajan los costes de las inversiones directas y productivas. Una coalición de dispuestos lo llaman ahora (para incluir a los británicos y acabar con el Brexit): no es una mala idea, si es que Orban o algún otro se pone tonto.
En tiempo de patriotas, necesitamos un nuevo manual de instrucciones. Qué es el ICO, la telefónica o comprarse un periódico y una radio, suprimir la cosa de las visas para que vengan adinerados. En tiempos como estos, dejen que los nuevos patriotas se ocupen de la aldea y ocúpense de lo que importa.