Primero fueron a por Inda y no dijimos…
Primero fueron a por Inda, y no dijimos nada porque el tío era algo "jodío". Antes, habían ido a por los portavoces de IU y no dijimos nada porque eran payasos tristes, comunistas. Luego, fueron a por Vallés y la Griso, a por Manso y la Terradillos y a por alguna señora de la tele, a por un montón de medios. Pero no importó, porque eran de la crema del periodista. Luego, irán por usted y no quedará nadie que hable en su nombre...bueno, Ferreras, que ahora no quiere a quienes antes amaba, a lo mejor, si le cuadra a Roures y a la subvención de Gobierno, igual dice algo.
La cosa, señores y señoras que opinan, redactan, informan, es que quienes señalan y acosan son, precisamente, quienes prometieron tutelar sus derechos: los de Podemos y los rescoldos irreconocibles de la IU. Por cierto, con silencio de Sánchez, que está a lo suyo.
Es lo que tiene el populismo en general y Podemos en particular. Nada como un líbelo para amiguetes y amiguetas del líder, sobre todo amiguetas. Nada como un tuiter de Echenique.
De lo que va esto es de que media humanidad odie a la otra media y la peña insulte periodistas, es la historia del populismo podemita, y de todos lo populismos. Es que, últimamente, lo de los banqueros y eso ya nos molesta menos, tenemos ministros y ministras haciéndoles la pelota.
Así, entre ustedes y yo, odiar periodistas es una cosa tan de izquierda de verdad verdadera como cortarle la cabeza al rey. O sea, que no es de izquierdas, ni nadie de la izquierda constitucional lo dijo nunca nunca,
El que suscribe ha ejercido como periodista, en el quinto de sus perfiles profesionales que se dice ahora, cuando fue redactor jefe de un digital, dicho sea de paso con un excepcional director y una plantilla que era un lujo, propiedad, eso sí, de un editor venal que nos vendió a todos y todas, No sé si cuenta haber sido director de Mundo Obrero.
Antes, estuve en el otro lado de la barrera y, por supuesto, enfadé a muchas y muchos periodistas y ellos y ellas se enfadaron conmigo. No recuerdo haber insultado, amenazado, perseguido o animado escraches, confieso que entonces hasta desconocíamos esa palabra. contra ninguno o ninguna, contra nadie. Es probable, no puedo asegurarlo, que pudiera tomarme una copita con todos y todas. Pero dudo que nadie se sintiera amenazado por un servidor.
El problema del populismo rampante es la amenaza, la señalización y el escrache en redes contra el periodista o la periodista que ha tenido la osadía de hacer una entrevista, un comentario o una redacción crítica.
Hasta ahí podríamos llegar: no se llega al gobierno para que cualquiera pueda afear la conducta del prócer. Eso no es libertad de expresión, es atacar a la mismísima izquierda de verdad verdadera, pandilla fachas, como dice el señor Echenique en sus tuits. A nacionalizar medios ahora mismo.
El asunto, señoras y señores míos, tiene que ver con la libertad de opinión y de prensa, con la libertad de información. Esos pequeños detalles que figuran en el primer título de la Constitución y que a Iglesias, Montero, Echenique, Mayoral y compañía se les da una higa,
No dejamos de percibir amenazas y señalamientos personales contra muchos y muchas profesionales de la información española, simplemente por ejercer su derecho a informar con la autonomía que se supone a cualquier profesional de la comunicación.
Se trata no solo de un desprecio a la libertad, sino de un auténtico escrache al pensamiento. Ya lo dijo Manuel Vázquez Montalbán: palabra libre en la ciudad libre.