Pacto en un tonel

Recibieron, desde Waterloo, unos besos del fantasma, por escrito eso sí, que la calidad democrática lo tienen sufriendo en galeras, o algo así, he oído. Que los besos por escrito pertenecen a los fantasmas no es idea de un servidor, sino de Kafka, un facha ya se sabe.

Pues nada, ebrios de trementina y largos besos, tras recordar en la fogata del hogar que ríos de leche y miel recorrerán la república que no existe, en el mismo tonel de la trementina, han firmado un pacto: nunca, pero nunca, nunca, pactarán con Illa para que el efecto (o afecto, vaya usted a saber) sea president, ni ningún otro efecto de maravilla.

Entre Tinell y Tonel apenas hay una letra de diferencia.

En Tinell, era la P de Partido Popular la que, con acuerdo de los socialistas y los "indepes", fue rodeada de oportuno cordón sanitario no solo en el ámbito autonómico, sino en el estatal.

En Tonel es la S de socialista la excluida por los "indepes", sin concurso de nadie, eso sí, solo en el ámbito de Catalunya porque el pacto de exclusión de Illa no tiene otro objeto que hacerle inútil allí, pero presionar aquí.

Gran negocio este del PSOE que deja la interlocución en la república que no existe al vicepresidente de Podemos, se inutiliza frente a los demás y queda vendido a mesas de reunión, amnistía y autodeterminaciones que, sin duda, habrán de mejorar la calidad de la democracia española.

Me parece que el efecto Illa no era esto. Pero es lo que hay.

El Pacto del Tonel se basa en la sacada de pecho de las huestes de Puigdemont, al ver que se han comido a los animosos restos del PdCat y que parece ganar a ERC. O sea, al gran demócrata, la caída de la participación le va de cine.

Como pueden leer esta misma mañana, en el análisis de Kiko Llaneras en el periódico que orienta a la progresía global, resulta que el soñado tripartito es, según media de las encuestas, la más lejana de las posibilidades. La más cercana a competir con la mayoría "indepe", vaya por dios, es la del españolismo.

Para esto, Pedro, mandaste al ministro maravilla a combatir a las huestes del mal.

Llegados a este punto, no cabe duda que la jugada catalana será de enjundia política: mantendrá el gobierno atrapado, al estado débil y le dará para pedir regalos y cordericos abundantes, para sanar sus maltrechas finanzas por pandemias, independencias y gestiones venales. Es lo que hay

La imposibilidad de una respuesta, por parte del PSOE y de las fuerzas constitucionalistas, es más que evidente. Incapaces de encontrarse entre ellas no se construirá alternativa alguna al independentismo.

Incluso con un crecimiento inesperado de la participación, que el voto hacia el PP o PSOE crezca desde sus periferias, no saldrán las cuentas. 

El día de la marmota se presenta ante todos nosotros y nosotras. Tranquilos y tranquilas: la calidad democrática de los del tonel y su portavoz, el vicepresidente, presidirá la agenda política. Quizá así entiendan los silencios de Pedro.

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