La vuelta al cole
Muy señor y señora mía: en algún momento de la canícula usted ha dicho: ¡Qué ganas tengo de que llegue el cole! El tono, como se sabe, dependía de la distancia al chiringuito o del déficit de cerveza fría.
No es por molestarle, pero cada vez que usted lanzaba su imprecación un click sonaba en alguna de las cuevas de Alí Babá que pululan en el negocio de la educación, cada vez más privada y menos pública; menos gratuita y más llena de barreras.
Solo hay una cosa en España más diversa que los bailes regionales: los calendarios escolares. Así, que desde ayer hasta el 23 de Septiembre, la niñería y muchachada española, incluidos "magos con lenguas de trapo" e "inquieto(s) colibri (es) de los que versa Jose Maria Triper, abandonará plazas, parques, azoteas, salones de abuelos y abuelas, para asolar patios escolares.
Quizá, además, aprendan algo. Por dónde pasan el Duero o el Tajo, si son castellanos. Pero si son andaluces aprenderán por dónde pasan el Guadiana y Guadalquivir, pero no por donde pasa el Duero, las cosas son así.
Abundantes saberes que están en Google, incluso que pueden descargarse en las tabletas y móviles que la muchachada maneja con abundante destreza. Mas no: necesitan libros. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha sancionado a 43 editoriales, por cierto la mitad de ellas católicas, apostólicas y romanas, por hacer trampas en el mercado editorial.
Los libros le costarán en media 121 euros si es infantil y 160 si son bachilleres. Este cronista, siempre atento y muy molesto de habitual con cárteles y monopolios les informa que todavía en Wallapop hay libros de segunda mano a módico precio.
No debe ser usted antiguo: ya no vale con una goma Milan y un lápiz del dos: hay que llenarles de abundantes colores y cachivaches y poner cincuenta eurillos, para administrar por el colegio o instituto para material.
Libros y material que no pueden ir en cualquier hatillo. Prepárese para comprar adecuada mochila. Puede ser de tipo Frozen, Pepa Pig, de aguerridos vengadores o superhéroes, al módico precio de 80 euros el ejemplar.
Así que ya llevamos gastados un 40% de su salario. Pero no descanse, hay que vestir a la criatura, jersey, un par de chándales, cuatro camisetitas monísimas. Ah, señor y señora mía, las deportivas no entran: así que sean las de Messi, las de Cristiano, las del sobrevalorado Griezmann, las de Jennifer Hermoso o de Patri Guijarro. ponga otros ochenta eurillos en la buchaca.
No, estimado y estimada , Usted lleva casi un salario, pero no ha acabado. Necesita contratar comedores y, a lo peor, desayunos. Casi una mensualidad, Súmele, quizá, algún abono transporte.
No; no hemos acabado, añada extraescolares: algo de inglés, algo de deporte, algo de teatro: En fin, es que las tardes hay que ocuparlas, los abuelos se rebelan y los sindicadísimos profesores no curran por las tardes. Llevamos un par de miles de euros de gasto en la pública, dos mil quinientos en la concertada y seis mil en privada.
! Ah, pero que es eso comparado con el provenir!. La educación, se lo han dicho siempre, es la mejor herencia que podemos dejar a nuestra prole. Y es cierto, el capital humano, la formación, es la mejor inversión en progreso social, en salario futuro y en barrera contra toda discriminación económica y social.
Lo que nadie les advirtió es que la educación gratuita era tan
cara. Así que acuérdense cuando desearon que empezara el colegio, lancen algún
improperio contra las cuevas de Alí Babá educativas y sean felices, durante seis
horas al día las criaturas pertenecen al sistema: qué dulce es la venganza.
(Crónica ClickradioTV, 10 de septiembre de 2019)