La campaña en MadriZ(5): el infierno y los brujos visitadores
Estimados y estimadas, especialmente si no vivís en Madrid: no vengáis; sabed que vivo en un infierno. No vengáis: los hospitales se desmoronan, se disuelven los colegios públicos en peligrosos cascotes, no hay zonas verdes, las privatizadas autovías han desaparecido, hay atentados de todas clases, no tenemos derechos, la pobreza anega nuestras calles. Permaneced en vuestro paraísos, Madrid es un horror.
Ayer lo pudisteis escuchar en el debate electoral y más de un millar de ilustrados e ilustradas a los que aprecio y respeto lo han dicho "26 infernales años de atentados contra los derechos..." deben concluir.
En ese millar hay gente a la que conozco y aprecio. No puedo ignorar su desazón por esta región colapsada, infernalmente derruida. Que yo no vea la verdad, no quiere decir que no exista, ellos y ellas son la ilustración.
Es verdad: en estos 26 años he vivido algún atentado de ETA y por supuesto el de los trenes de Atocha. Resulta que, mientras yo era un hombre tranquilo, dicen los firmantes, la derecha atentaba contra mí y contra Madrid.
Esas firmas me han dado una alegría. He visto juntos a Antonio Muñoz Molina y a Luis García Montero.
Una de las noches más apasionantes de mi mocedad es cuando, a ambos, los conocí en Granada, en una cena de aquellas por la paz. Luego, se pelearon con estrépito. Pude invitar a Antonio en el Escorial y pude compartir con Luis su intento de ser diputado autonómico. Dos grandes tipos, sin duda.
Espero que hayan vuelto a verse, conversar sobre libros y España sobre Federico, en algún café allí en Granda, lejos de esta tierra inhóspita que se derrumba, dónde vivimos encarcelados desde hace 26 años por una derecha fascista, fascista., faltaría más.
¿De verdad, camaradas, de verdad hace falta la exageración? Dejadme que, con tanto respeto como cariño, os diga que una razón de los 26 años de derrota de la izquierda es la hipérbole política, la ignorancia del Madrid de clases medias y gente que ha ido progresando y que la vida bohemia suele ignorar.
Madrid tiene muy serios problemas. Muchos, como los tienen casi todas las metrópolis que están concentrado la población mundial.
Tenemos un problema de equidad, evidente. Tenemos un problema de calidad de la educación, sea pública o privada. Nuestra sanidad no es la mejor del mundo, tampoco la de fuera de Madrid, que quizá es peor. Tenemos un problema de acceso barato al suelo, alguno deriva, por cierto, de algún plan urbanístico de la izquierda. Si; la sostenibilidad es un problema.
Pero lamento informaros, mis apreciados camaradas, que Madrid no se derrumba, no es un infierno .
Tenemos, dejadme que os lo diga, cierto exceso de "brujos visitadores". Es decir, de quienes quieren salvar nuestra Comunidad, sin conocer cómo funciona, los detalles; quienes repiten lugares comunes, cifras inconcretas, discursos falaces.
"Ahora sí", decís. Ahora que Iglesias viene a decir que las tropas franquistas están a orillas del Jarama, que la socialdemocracia ha desaparecido en aburrida y huera sopa filosófica, que la izquierda transformadora se fue por la gatera.
Madrid necesita de ilustración, de equidad, sin duda un déficit notable. Pero lamento deciros que si la derecha ha impuesto su desequilibrado modelo es, precisamente, a causa de 26 años de ignorantes hipérboles sobre lo que es Madrid.
Quizá debiéramos recordar que fue Mangada - comunista- el que diseño un urbanismo para los servicios, que fue Leguina - socialista- quien ensoñereó a las clases medias en una notable política interclasista.
¿Por qué, durante 26 años le hemos dado la espalda a esas clases medias antaño progresistas? Quizá porque la hipérbole ha ganado nuestros discursos.
Necesitamos más política y menos brujos. Necesitamos entender a la gente que nos rodea. No, no vivimos entre fascistas, entre gente adocenada que renuncia a su libertad.
Sabed que la mitad de esos jóvenes de los que habláis ya no han nacido en Madrid, ni siquiera votarán. Sabed que una población envejecida recibe servicios que no desprecian. Sed prudentes, brujos, sed prudentes.
Nunca nos hemos visto libres de "brujos visitadores", de iluminados y salvadores. Lo escribió Antonio Muñoz Molina: "Para emitir dictámenes veraces sobre la realidad...hace falta un conocimiento lo más preciso que sea posible...". Lo ha dicho Luis García Montero: los soñadores necesitaban realismo.
Son largos los años de políticas liberales, seguro que necesitamos, como decís, ahora, la higiene de la alternancia. Pero, sospecho que necesitamos, esa dosis de realismo que nos aleje de la "inteligencia de los cínicos".