La campaña en MadriZ (15): Papeleta, "fue el alcohol lo que te hizo bella"

03.05.2021

Hoy se supone que debía reflexionar, cosa que no he hecho. Nadie reflexiona en lunes. Qué malvada Ayuso, que además de facha y derechosa, queda dicho: así se quedan ustedes en plan relax. Qué malvada, hacernos reflexionar tras puente de farras, tabernas y toros.

Como ya les dije aquí, el cronista reflexionó el viernes, en oportuna conspiración tabernaria. Llegué a la taberna, de nombre Revuelta - ni un paso atrás, hasta el final-; el medidor, sabio y sicólogo, a cargo de servir el vino, me miró con cierta precaución.

Observando mi rostro contrito, susurró, mientras secaba un vaso al modo de Mac en "Pasión de los fuertes": "¿Sigues sin encontrar a tu pandilla?, entretanto me servía el primer vermú. Más que sabio, adivino.

Ya ven, así de golpe, una pregunta que te deja fastidiado. No; llevo una quincena buscando a la izquierda, entre ruido y furia y no; no he encontrado a mi vieja pandilla.

Pero bueno, en el tercer vermú, frontera de riesgo, un caballero no toma el cuarto, salvo que tenga malas intenciones, tomé la decisión.

La tomé sabiendo qué ocurrirá, inmediatamente después de depositar la papeleta: musitaré, arrepentido, aquellos versos del poeta: "fue el alcohol lo que te hizo bella".

El consenso demoscópico dice lo que dice. No obstante, el periódico global que alumbra el pensamiento progresista de todo el universo le ha encargado a su analista de cabecera que insista en el potencial milagro que necesita la izquierda. 

Así se acostó ayer la diversa progresía madrileña, hablando de empate, mientras la derecha se acostó también exultante.

No obstante, el analista del periódico global que alumbra el pensamiento progresista de todo el universo, que serio es, sostiene que la izquierda necesita el milagro de una altísima participación o que las encuestas estén equivocadas, eso sí, desde hace más de un par de meses.

Y mejor  que espere la izquierda el milagro del error, afirma. Cosa que puede ocurrir, aunque la probabilidad del error de la media de las encuestas es la misma que si usted tira seis veces un dado y saca el seis. O como de pararle un penalti a Sergio Ramos, por un poner.

En La Moncloa, que llevan unos días alejándose, poquito a poquito, de Gabilondo, por si acaso se pierde, ya se han curado en salud y dicen que no hay problema: no hay lectura estatal.

Quiero decir que mientras ustedes reflexionan y mañana votan, los hacedores del relato ya andan en otro terreno de juego. Ni un descanso nos dan, ni uno.

Entre ruido, furia y estrategias el caso es que ocuparse de lo nuestro se han ocupado poco.

Los que dicen que Madrid está derrumbado, su sanidad eternamente colapsada, la enseñanza perdida y privatizada, le han resuelto a usted el problema: la culpa es del fascismo.

Los que dicen que la economía va bien, no hay problemas y han descubierto casi una "indepe" forma de vivir, también se lo han puesto fácil: las dificultades son responsabilidad de los comunistas.

De nuestras dificultades se ha hablado poco o casi nada. Si algún tiempo usted pensó que hablar de nuestros problemas era el tema de la campaña electoral no era este el momento. Uno piensa que es la campaña más bronca que ha vivido y la más protagonizada por las minorías - y las ha vivido todas-, pero lo cierto es que somos un poco desmemoriados: siempre ha habido doberman corriendo por nuestras pan

La derecha se mantiene confiada. Ayuso va a barrer, dicen en Génova que se prepara para tocarle adecuadamente las narices a Sánchez.

Más que de reflexión, la izquierda ha usado el día para imaginar un milagro. El poeta que escribió el verso que yo atribuyo a mi papeleta en el titular, le habla a la foto de una persona suicidada y acaba diciéndole: "Resucita". Pues eso: es lo que hay.

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