La amante del populismo y un putamadral de cosas
Spoiler: no se habla de la que ustedes creen. De todos modos, si desean nombres y apellidos pueden recurrir a la señora de Sánchez, con méritos desconocidos para tanto como destaca, o a señores como el esposo de la ministra de economía o la pareja de la presidenta del Congreso. De todo hay en botica
"La amante del populismo" es ni más ni menos que Margherita Sarfatti, amante de Mussolini durante veinte años. Aunque ha pasado a la historia por esa condición, era una periodista e intelectual italiana, de origen judío. Una notable intelectual de la época.
El sesgo sexista que ignoraba sus cualidades o su origen no puede ocultar que la brillante señora era cómplice de políticas que produjeron un dolor irremediable a su pueblo.
El autor de la biografía, en modelo conversación, es un argentino, Marcos Aguinis, un liberal, de la escuela Vargas Llosa, algo sospechoso, para qué engañarse. Acusado de colaboración con algún que otro dictador o de cuestiones de dudosa ética, llegó a recibir en 1970 el Premio Nadal.
Viene a cuento la cita, créanme, porque de aquellos polvos - la ira de los hijos empobrecidos de la pequeña burguesía, disfrazados de camisas pardas o grises, según el sitio-, el empobrecimiento patrimonial de las clases medias y la ira producida por los precios, exacerbaron el cabreo social o la ira xenófoba.
Cosas que se van expresando en el texto de Aguinis, quizá sin saberlo con exactitud y que determinan las dos esencias del populismo: todo es sencillo con un par de insultos o golpes y las reglas democráticas son inventos de las élites para jorobar a los pueblos.
En consecuencia, conflicto y anticonstitucionalismo es lo que se lleva ahora.
En todo caso, sea por la izquierda o por la derecha, las raíces son muy similares. Estas dudas de las clases medias son las que ponen en duda la evolución de la democracia, tal y como la hemos concebido: plural, basada en el consenso, en pactos de clases y bienestar. Recuperarla volverá a ser un reto del futuro.
Leí, creo que a un personaje de Padura (cubano) - cito de memoria- hablar de que se había producido un putamadral de cosas. No; no es solo un americanismo, está la palabra en la RAE, algunos académicos leen novelas de detectives cubanos. Significa barbaridad en cantidad grande.
Pues eso, España se ha llenado de un putamadral de cosas que se traducen en afrentas judiciales, indefensión del estado o medidas económicas que tienden a ser insostenibles.
Bien pareciera que por encima de 26 mil euros todo el mundo es rico, que los cheques que se preparan para la crisis de precios no cuentan para el combustible, será porque tener un Porsche es cosa de vulnerables. Resulta sorprendente que tengamos datos para enviar cheques para aliviar la cesta de la compra, pero no para aliviar al comprador de gasolina.
Para animar el contrato social nada como cambiar la cotización a la seguridad social de los salarios más altos. Les aumentamos la cotización en más de un 30%, la pensión, tras pertinente aumento de plazo de cómputo, solo aumentará un 1%. Excelente compensación.
Si hay que tapar un agujero de 27 mil euros no vamos a perder tiempo en sacar del sistema contributivo lo que no es contributivo. Es mejor elevar los gastos de las empresas (que pagan casi todo) y de los trabajadores y trabajadoras más pagados a los que, por cierto, les subiremos los impuestos.
Escrivá no se sabe si tiene apoyo del Gobierno, pero que podía escribir un manual de perder elecciones, seguro.
Ahora esperen nuevas medidas para controlar precios que ya no son de control de precios. Serán cheques. Excelente. Es lo que siempre se ha defendido por cualquier escuela económica. Solo hay un problema: como el gobierno no tiene margen fiscal se lo vamos a cobrar a los supermercados, panda de ladrones como todo el mundo sabe.
En realidad, los millones que se esperan serán menos, entre otras cosas porque ya está el PNV con las enmiendas de rebajas aprobándose en el Congreso y el Senado, cosa que apenas se cuenta.
Pero si hay algo que destaca en todo el putamadral es suprimir la sedición, reducir las penas de malversación, hacer una ley para perdonar a algunos en concreto, incluidos propios y ajenos penados por corrupción, los que montaron el follón catalán, dejar indefenso al estado en situaciones parecidas y dejar la puerta abierta a nuevos referéndum o sospechosas consultas. Otro putamadral se viene.
De la justicia, el conflicto de poderes, los rollos de los magistrados para que hablar. Eso sí, legislar con proposiciones no de Ley y enmiendas, utilizar el melón del Código Penal para toda la agenda jurídica pendiente no tiene nombre, dudo que sea legal, sin duda no es ético.
Escuchar a un portavoz socialista afirmar que presentar un amparo ante el Constitucional es como Tejero, debería avergonzar a los socialistas y promover su cese inmediato. Cuándo les digo que hay días que no se si soy de la izquierda ya me entenderán ustedes: con desbocarrados así, para qué queremos a Trump
El putamadral es la amante del populismo. Sánchez lo sabe y se aplica, se aplica. Muchos socialistas tiemblan, especialmente los que se tienen que presentar a las elecciones. Pero esos son fascistas, traidores, desleales o golpistas, depende del miembro del PSOE con el que usted hable.