Franco prohíbe la manifestación
Franco ha prohibido las manifestaciones en Madrid. Vaya manera de acabar una semana que empezó con un paro de la leche, siguió con Barcelona ardiendo y continuó con los acostumbrados líos institucionales y de coalición. Cosas que, todas ellas, darían para enjundiosos análisis.
Pero hoy es viernes y como llevan ustedes con el cronista más viernes que con Villarejo en la cárcel sabrán que el jefe de la Clicktertulia, Don Juan Ignacio Ocaña, dice que los viernes son para que ustedes se distraigan. Los CEO de la radio aplauden y afirman que pagarán prima (no, no colará)
Queridas madrileñas, no ha sido Ayuso, aunque ha dicho lo suyo, tampoco Abascal, que no le va mal y Casado,..., bueno, Casado está en otras cosas.
Queridas madrileñas: ha sido Franco, no el de El Pardo, sino Pardo, quien os ha privado de la alegre y combativa "ochomarzada". Sin día del orgullo y sin 8 de marzo, Irene, la ministra, parece haberse tomado el asunto como algo personal.
Ha torcido el morrillo y ha avisado a Franco, no al enterrado sino al vivo, de que está criminalizando a las mujeres. Mal asunto, Franco, mal asunto.
Hoy se celebra en Zaragoza, mi ciudad natal, el día en que, al grito de Aragón liberal, liberal, mis paisanos impidieron, en 1838, que los reaccionarios requetés carlistas tomaran la ciudad.
La "ochomarzada" pasará a la historia, ha sugerido Irene, con cara de muy, pero que muy enfadada, como el día en que Franco, el vivo, amparado por Sánchez se alió con los reaccionarios, para impedir la gloriosa marcha por la Ciudad.
Mala cosa, los señores de Galapagar y Echenique, si quieren manifestación, tendrán que irse a Barcelona, donde parece que mesnadas progresistas y libertarias se pasan las noches en divertido aquelarre para cambiar el sistema, naturalmente. Todo lo demás es un daño colateral.
El cronista también está molesto. Franco, el vivo, ha estropeado algo la crónica del pasado viernes donde glosaba el esfuerzo intelectual de Fernando Simón para distinguir entre ir bajo un paso de Semana Santa o manifestarse. El argumentario de Simón no ha sido suficiente.
Ni "ochomarzada" ni Semana Santa, dice, en plan cogobernanza, la señora Darias que propuesta tiene varias: la primera, quedarse en casa; la segunda, un toque para quedarse en casa y la tercera perimetrar.
Lo de perimetrar es tan humano como natural y ecológico no crean ustedes, aunque les tenga un poco molestos.
Sebastian Stockmaier, investigador de conducta animal en la Universidad de Texas, ha publicado un articulo en la revista Science, siempre atenta a nuestras necesidades del que debo advertirles.
Ha descubierto que las termitas vibran, cuando les infecta un hongo, para avisar a la colmena. Tiene narices que a ese noble pueblo termitero si le funcione la aplicación del radar del contagio.
Por su parte, las hormigas se perimetran para no pasear por el hormiguero si están infectadas.
Incluso, fíjense ustedes, señala, desde la universidad de Bristol, la señora Nathalie Stroeymeyt, que los mandriles no infectados, se ha comprobado, reducen los servicios de acicalamiento que prestan a los otros miembros del grupo. Donde se acicalan los mandriles, unos a otros, quizá no deba precisarse en horario infantil.
Si así es la naturaleza, Inés del alma mía, cómo en las actuales condiciones de roja alerta, por mucho que caigan las tasas de contagio, vamos a llenar las calles de alegres manifestaciones.
Otras cosas podremos hacer para celebrar el día. Por la Igualdad también se batalla en casa. Los hombres podemos ocuparnos de las tareas, las señoras reivindicar en los balcones, tú puedes enviar a tu asesora a cuidar a los chiquillos y cogerte un AVE a Barcelona, también los demás podremos solazarnos con la las declaraciones que se avecinan de Villarejo, el pendejo .
Ustedes, señoras y señores míos, no me sean mandriles, eso sí: acicálense como corresponde, manténganse bellos y bellas enmascarados y defiendan la igualdad, permaneciendo en su casa, quédense con los toques que corresponden. Yo les diría que Franco, el vivo, tiene razón, pero igual me llaman facha.
Por lo demás tengan buen día.