Es Navidad
Esta va a ser una Navidad rara. Dice Illa, que maravilla, que en Navidad hay que quedarse en casa. Dice Simón el santo que esto irá a peor. ¡Vaya! Nos habían propuesto sacrificios para que esto no pasara, pero quién les creyó.
Aunque por si acaso a Usted le resulta molesto, dejarán la cosa en manos de sus respectivos "lendakaris", porque la cogobernanza significa que el marrón se lo coman otros. Asunto para sesuda reflexión.
Pero es viernes, y como llevan ustedes más viernes con el cronista que con el turrón de Jijona, sabrán que Don Juan Ignacio, el jefe de la clicktertulia, nos tiene mandado que de cosas sesudas nada. Los CEO de la radio aplauden la decisión e incluso han anunciado que nos envían una cesta de Navidad de las de antes, incluido el cava catalán (por si se dan por aludidos)
Así que al cronista solo le que queda desear que se lo puedan organizar bien en su Navidad. De seis en seis, con mazapanes, turrón, villancicos y allegados si falta hiciere, en sus burbujitas que no serán de cava, sino de afecto.
Vale, será raro, pero no dramaticemos, no es que sean ustedes padres y madres, huyendo para que unos imperialistas no asesinen a sus niños o niñas. No navegan en pateras sobre mares de muerte ni viven en insoportables eriales.
Pero sepan que, no sé si ustedes habrán caído en la cuenta, les queda mucho trabajo por hacer.
Pregúntense: ¿Han hecho ustedes su lista de regalos?
El regalo, señores y señoras míos. requiere cuidado y atención. El regalo no vale su precio, sino el tiempo que usted dedica a quién quiere: sí; el afecto es como la distancia: se mide en tiempo.
¿Regalará otra vez los mismos pendientes de los últimos veinte años a su señora, cuántas corbatas azules y pijamas sin usar tiene su señor en el armario? No; el "matasuegras" no es una opción.
En otro momento hacer el menú hubiera ser un lío. Ahora es más fácil, pueden visitar a su carnicero de confianza, acudir al "paki" de la esquina, al restaurante con un montón de estrellas, le llevarán la cena a casa, a mitad de precio.
Ahora lo importante es otra cosa: ¿han instalado el Zoom? Les anuncio una gran alegría: toda su familia, incluido los primos que no le hablan desde hace veinte años, querrán "telehablarle". Situación, no obstante, que ofrece una gran oportunidad: pídanle a su cuñado que le enseñe a usar el Zoom a su suegra, les prometo inenarrables momentos.
¿Han escrito a los reyes o a Papá Noel o, como son modernos han escrito inevitablemente a los dos? Se han puesto al día en la lista de modernos superhéroes o son de los que siguen creyendo que no hay nada después de las muñecas de famosa.
¿Saben ustedes que el bicarbonato ya no casi no se usa y qué son otros los necesarios medicamentos para ardores, según la moderna medicina?¿Y lo qué es más importante, los han comprado? Porque da lo mismo que sean seis o sesenta y seis: usted también se va a pasar esta Navidad.
Si; ya lo sé, será la primera Navidad que lleve usted más alcohol en la mano que en el hígado, pero llevar, llevará, sea previsor o previsora.
Pero entre todas estas tareas, hay una más ardua: ha preparado las respuestas a su cuñado o le va a pillar a contrapié como todos los años.
Nos decía ayer un contertulio: llega la Navidad y os ponéis ñoños. Tenía razón, llega la Navidad y el cronista piensa en un abrazo.
Un abrazo porque pasará casi un mes hasta que vuelva a ver a sus colegas de los viernes, para decirles que son la mejor compañía para ir a una trinchera, abrazos suaves para las chicas, abrazos, así, de machotes, como que no se note, con los chicos.
Un abrazo porque todo acabará o, quizá, porque todo empezará de nuevo. Genovés explicaba que en la esquina de su cuadro, El Abrazo, hay una mujer que parece no abrazar a nadie, pero en realidad abraza al futuro. a lo que queda por luchar , a lo que nos quedará por abrazar.
El cronista les abraza enmascarados y enmascaradas, les convoca a abrazar con moderación, a cuidarse y a cuidar a los que aman, porque entonces todo será mejor y sufriremos menos. Les ordeno que sean felices.
