En defensa del español
A veces la vida nos ofrece notables descubrimientos. Por ejemplo, se puede ser un director de cine, más o menos tolerable, y un necio o estúpido, lo que viene siendo un gilipollas, al mismo tiempo. También, hemos sabido que se puede ser transexual, profeta de la diversidad y racista, a la vez.
Así, entre ustedes y yo, entre Jacques Audiard y Karla Sofía Gascón es bastante posible que se hayan cargado las posibilidades de Oscar de "Emilia Pérez".
Es probable que en Estados Unidos hablar mal de lo hispano se haya puesto de moda y el racismo más, pero es evidente que ese no es el caso de los académicos de los Oscar que por cierto, y como todo el mundo sabe, no ven las películas, solo leen los comentarios de las revistas.
O sea, que leer que un director dice que el español "es un idioma de países emergentes y modestos, de pobres, de inmigrantes", no ayuda. La artista "trans" ha visto como se hacían públicos sendos mensajes racistas en redes. Ambas cosas no gustan mucho en Hollywood, como podrán imaginar.
No he venido a hablar de cine, empero. Si quieren una opinión cabal sobre la película pueden leer a Silvia García Jerez en la Cronosfera.
A lo que he venido es a defender el español. Ciertamente el español se se defiende solo y habrá quien lo haga sobradamente mejor que yo, así que no me extenderé en detalles. Pero, serán ustedes sufrientes del cabreo que me producen los que desprecian a pobres, emigrantes y, doblemente, si lo hacen por su idioma. Más risible es, incluso, si lo hace un chovinista que solo habla su idioma, incapaz de expresarse en inglés, español o cualquier otro idioma.
Una vez le preguntaron a Churchill qué opinaba de los franceses. Afirmó que no tenía opinión porque no los conocía a todos. En mi caso, además de hablar y leer francés - y chapurrear el inglés-, lo que me hace seguramente más tolerante que el imbécil cineasta, conozco un montón de franceses y francesas a los que no solo respeto, sino que me caen francamente bien.
Diré qué hablando en francés, ocurre lo mismo, que hablando español: encuentras personas cabales e imbéciles, pobres y ricos, migrantes y nacionales y de todo tipo.
Les diré que el tal Jacques Audiard es un "nepobaby". Un "nepobaby" es aquel que es hijo de una celebridad que tiene éxito en la misma profesión de sus padres ricos. Es comprensible que odie cualquier idioma que no sea el suyo, pero es que el muchacho abandonó sus estudios de literatura, por lo que difícilmente aprendió nada de los valores de las lenguas.
Es ese tipo de francés que hace películas sobre tamiles, protesta porque en los jurados cinematográficos no hay mujeres, pero desprecia a todo lo africano, originarios de un continente que, como todo el mundo sabe, empieza en los Pirineos. Eso sí, como todo el que tiene su origen en la izquierda caviar, le molesta la extrema derecha, cuando no le financia sus películas.
El problema es que, si se desprecia a los pobres que hablan español, es bastante probable que desprecie, también, a todos los pobres que hablan francés, especialmente en París. Porque se puede hacer películas sobre tamiles que sufren, pero no sobre franceses, cuyos padres son de origen árabe, y son pobres.
Es español el idioma más estudiado en todos los niveles de enseñanza de Estados Unidos y la segunda lengua más estudiada en la educación secundaria superior de la Unión Europea. El español es la cuarta lengua más estudiada del mundo con 24,2 millones de alumnos. Es la cuarta lengua más hablada del mundo tras el inglés, el chino mandarín y el hindú y la segunda lengua más hablada por número de hablantes nativos (tras el mandarín). Así pues, puede ser considerado como el segundo idioma en comunicación internacional, tras el inglés.
El español tiene la tercera población alfabetizada del mundo, o sea que hay más analfabetos francófonos que españoles. En 2008, el español tenía el 5,47 % de la población mundial alfabetizada. El español es la tercera lengua más utilizada para la producción de información en los medios de comunicación, como también la tercera lengua con más usuarios de internet, después del chino y el inglés. A principios de los años 20 eran casi 500 millones de personas que hablaban español.
Dice el muy formado cineasta que es lengua de países emergentes. Como lo suyo no es el estudio ni la investigación, quizá deba alguien recordarle cuales son los países francófonos. Aunque esto a los franceses de tipo señor Audiard no les interesa mucho: ellos solo van por los países africanos en desarrollo para pegar tiros o bombardearlos.
Haití, Gabón, los viejos congos, Túnez, Argelia son países extraordinariamente desarrollados como se sabe.
El chovinismo, como se sabe, es una forma pretenciosa de populismo. Pretender ganar premios cinematográficos con desprecio hacia el español produce risa, si no fuera porque el populismo despreciativo a cualquier identidad adquiere cada vez más relevancia.
El español es lo que ha sido siempre: una lengua construida a golpe de cultura y experiencia popular, por cierto como lo será el francés o cualquier otro. Fue lengua imperial antes que la francesa y sí: es idioma de inmigrantes expulsados por ricos de familia como el señor Audiard.
Hay una razón por la que los españoles, a veces, nos ponemos fantásticos: cuando nos encontramos un imbécil chovinista, director de cine y que presume de una cultura que le pagó su papá rico y que, evidentemente, él aprovechó poco .