El juego de suma cero: Errejón, maldito

Tratándose de política, tan importante es trazar un camino como tener una compañía que arrojar a la cuneta. Y hay que decir que, en Podemos, el partido de los asesores de factura errónea, los manuales han sido leídos.

Monedero y Garzón ya lo han dicho: Errejón, maldito: tu serás quién alimente a las genistas, la noche del 4 de mayo.

Cuentan en Más Madrid con que ya barrieron a Podemos, en las anteriores elecciones a la Comunidad de Madrid. También, que Iglesias ha pasado de promesa de mirlo a antipático halcón ególatra, "proindepe" en Madrid, cosa que aquí no se lleva bien, más si la campaña electoral coincide con anunciado aquelarre parlamentario en la república que no existe.

Cuentan en Podemos con que, nada más producirse la anunciación del ángel antifascista, las encuestas iniciales han sacado del extraparlamentarismo a Podemos. También con que, privado de las empanadillas y madalenas de Carmena, el voto capitalino de Errejón será menor. Errejón, por otro lado, ha sido muy "propsoe" para la antisistema ciudad en la que sueña Pablo.

Demasiados deseos porque, sospecho, que estamos tratando de un juego de suma cero.

Cuando los juegos no son cooperativos, la ganancia de uno tiende a ser igual a la pérdida de otro, especialmente en materia electoral.

En política electoral, eso también lo dicen los manuales, los juegos cooperativos se producen en dos circunstancias: si las fronteras entre los electorados ideológicos son porosas y si alguien desea el voto del otro lado de la frontera ideológica.

La franja intermedia entre izquierda y derecha se ha reducido notablemente en Madrid. Dense a sí mismos las gracias quienes han contribuido a la axfisiante polarización social y política que hemos vivido estos dos años. También a Aguado, cuyo relato ha adquirido tal tono bélico que lo hace poco creíble.

Los socialistas consideraban que no hacía falta preocuparse de esa franja central de votantes: manteniendo el corralito y picoteando en el electorado de las otras izquierdas, la ley electoral haría el resto, mientras las derechas se desangraban. Notable reflexión, lástima que, así, de un día para otro, que poco considerados con el elegante Gabilondo, van y le cambian súbitamente el guión.

Pues nada, el gozo de todos en un pozo.

Los socialistas no han tenido tiempo de preparar una opción. Así que el elegante y decente, pero líder de la izquierda ausente se ha quedado atrapado en la frontera frentista de la derecha y el izquierdismo gritón que tanto le molesta al hombre.

Pero es más: ¿tiene alternativas la candidatura de Gabilondo? Las más conocidas (Robles y Marlaska) ni quieren ni, ahora, en tiempos de izquierdismos varios, erosionarían el voto podemita. Son gente de orden.

No; nos van a poner a Lastra o a Ávalos, que esos sí son de izquierda de verdad verdadera y hasta les gusta Maduro, y alguna de sus líneas aéreas, que si competirían por la izquierda, pero igual ahuyentaban al centrismo que queda, algo escaso, por cierto. Endiablada situación,

O sea, otra vez, el socialismo madrileño, heredando la cultura de la FSM, seguirá mostrando su habilidad para conquistar votos a su izquierda, pero seguirá sin conquistar la ciudad de clases medias y servicios que, por cierto, ellos construyeron.

El problema es que IU aceptaba el juego, competía lo justo para dejar al PSOE ser alternativa y ser potencial socio de gobierno, cosa que no se discutía. Pero Iglesias, camaradas, lo quiere todo, empezando por sobrevivir. Puesto que Errejón tampoco ha tenido tiempo de buscar cobijo en el añoso árbol socialista, prepárense para el combate de los jefes nunca visto.

Mal asunto: el juego no es cooperativo; el juego suma cero, Errejón maldito, que no quiere coaligarse con el portavoz del antifascismo mundial, será el culpable.

Ustedes vayan viendo a quien votan, si son de izquierdas. Los de centroderecha, mire usted, han recibido un regalo de Arrimadas: la unidad de la base electoral. Qué estratega, la señora, qué estratega.

.