El impuesto es la inflación

16.04.2024

La familia se queja. Si uno sabe sumar y restar y ha pasado por una facultad de la cosa, tiene que hacer la declaración de la renta a los suyos. Una vez que al 66% de los beneficiados por la sabiduría del cronista le han devuelto parte de lo pagado, llega la pregunta inevitable: ¿por qué me han devuelto menos o por qué he pagado más?

Justo en esos días suelen aprovechar los medios para publicar alarmantes titulares sobre la presión fiscal. Si; ha aumentado la recaudación: casi el 15% en 2022 y el 6% en 2023. O sea, como ha crecido notablemente más que el PIB, la presión fiscal aumenta.

Pero no; no han subido los impuestos, pero como le explicas al personal lo de la "progresividad en frio" o, lo que es lo mismo, que ni las tarifas y, sobre todo, las deducciones no han sido deflactadas, adecuadas a la inflación.

Deflactar no es bajar impuestos, como sabe la derecha y la izquierda, pero apenas se ha practicado hasta la victoria de mayo del PP que, no obstante, en su mayoría se notará al año que viene. A los efectos de la actual declaración, Aragón, Canarias, Extremadura, Madrid y Navarra ya han deflactado la tarifa.

Este año son Madrid y la Comunidad Valenciana las autonomías donde las rentas muy bajas menos tributan por IRPF (una de la "fachosfera" y otra era del progresismo global).

Como pueden observar, pecadores contra el impuesto de la renta los había de todo signo político. Para el año que viene ya se sumarán Baleares, Cantabria, La Rioja, el País Vasco y, nuevamente, Navarra.

Algunas lo hicieron vía deflactar, otras disminuyeron los tipos, otras elevaron los mínimos personales y familiares o soluciones que incluyeron de todo. Naturalmente, estas rebajas se corresponden con la parte autonómica del IRPF, porque a los Montero de los Montero de Hacienda, la inflación les encanta.

Y este es, sin necesidad de tener que hacer discursos sobre la presión fiscal, el meollo del asunto. El impuesto es, como aprendimos a finales de los setenta, es la inflación.

No; los impuestos no han subido ni en renta, ni en IRPF. Pero si podemos saber datos que nos indican que la llamada subida de la presión fiscal tiene que ver con los precios y no con los impuestos.

En 2023, la recaudación fiscal subió 16 472 millones, que ascendieron a 32 079 en el año 22. Eso quiere decir un 1% del PIB en el 22 y 0,6% en el 23. Es decir, así, entre ustedes y yo, la inflación ha pagado prácticamente el 30% del déficit público de los dos últimos años, un 20% del PIB del 2022 y el 24% en 2023. Cómo el gobierno no va a estar enamorado de la inflación.

Por lo tanto, lo que aparece como aumento de la presión fiscal no es tanto subida de impuestos como un incremento inflacionario del dividendo de la división que determina la presión fiscal (recaudación entre PIB).

Cierto que una parte de la subida de la presión fiscal se debe a la búsqueda desesperada del déficit público para pagar las políticas del gobierno.

En estos momentos, hay un consenso entre los analistas en que la inflación se estabilizara en el entorno del 3%, por lo tanto, aunque se notará menos debido a la política de deflactar en buena parte de las Comunidades Autónomas, seguiremos en el asunto o bien el Gobierno se tendrá que buscar la vida para lograr reducir el déficit.

Eso sí; si ustedes creen que con las reformas fiscales esperadas (impuestos verdes, retirada de incentivos y deducciones o del IVA bajo) pagarán menos se equivocan. Si a eso suman las necesidades de recortes debido a las reglas europeas, las cosas no irán a mejor. O sea, a partir del 2025 es para asustarse.

También puede ocurrir que la inflación supere el tres por ciento y, en consecuencia, sigamos pagándole a la Señora Montero, de los Montero de Hacienda, de nuestro bolsillo el déficit público.

¿Tengo razones para no creer en el consenso del tres por ciento de inflación? Parece que se espera que el turismo, ya saben que el país iba a cambiar gracias a la digitalización y esas cosas les recuerdo irónicamente, puede alcanzar hasta un tercio del PIB.

Teniendo en cuenta que los precios vinculados al turismo están creciendo al 6%, quiere decir que los dos tercios restantes deberían bajar, cosa que entre carburantes, alimentación y vivienda como que parece difícil

Quiero decir que al año que viene también pueden preparar hermosos titulares sobre la presión fiscal. Por cierto: no; la presión fiscal española no ha crecido treinta veces la presión europea (el Mundo dixit). A veces, los titulares nos pueden. La inflación, amigos y amigas, es el impuesto.

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