Desde mi caverna, día 99: no se me queden ciegos, sean razonables
Hace 98 crónicas les recordé que los encerrados en la caverna de Platón. El griego era un tipo tan antiguo que vivía sin internet y no había forma de enterarse de nada cuando se estaba atrapado.
Si se salía de la caverna, el sol, alegoría del bien, cegaba a los cautivos. O sea, que hay que tener cuidado cuando se sale de un encierro no sea que la realidad vaya siendo distinta a lo que imaginábamos tras los visillos.
Hoy empezaba su nueva libertad. Estupendo. Espero que lo hayan disfrutado. Me llegan noticias de que ustedes se han comportado cual vascos huyendo a Cantabria. Cosa que no es de reprochar si iban ustedes enmascarados y a distancia.
Parece que no. Playitas mas bien llenas, abrazos en los aeropuertos, bebes de mano en mano. Colas apretujadas en los estancos de las fronteras, ustedes me entienden.
Ayer, como les dije, recogí las cosas; mañana limpiaré la cueva antes de cerrarla.Casi da pena, serán cien días ahí.
El cronista, finalmente, también ha salido de la caverna, con algún reparo, ha sido un placer saber que casi todos ustedes siguen ahí. No he podido evitar acordarme de los ausentes, esperando saber algún día cuantos son.
También debo decirles que me han deprimido un poquito. Sí; la terracita ha sido gozosa, el olor a asfalto ha estado bien, el ruido de niños corriendo y gritando, junto a perrillos y mascotas, el bote de la pelotita, tan "excelente" como siempre. Faltaba el Tuno, supongo que algún día volverá.
Pero, queridos y queridas, déjenme decir que verles a unos y a otras así, como apretadillos y sin protección, me ha gustado menos. Digo yo: ahora que ya saben que afuera hay personal, incluso vida, tabernoros y copas, ahora que no se han quedado cegados por el sol, quizá sería bueno que corrieran menos.
Quiero decir que se protejan y que miren, con cierto rigor, que nos vienen días difíciles. No quiero aguarles la fiesta. Pero esto de la reconstrucción apunta a complicado.
Mañana será lunes. Y la movilidad de los que tienen trabajo será la de siempre, probablemente. Probablemente, habrá más coche privado que transporte público, la sensación de seguridad es mayor con la movilidad privatizada.
Las empresas tendrán menos clientes y menos personal trabajando. No se cruzará en el metro o el bus con sus habituales compañeros de viaje, que estarán de paro o en ERTE. Las cosas son como son.
Al parecer hay sesudas mentes asesorando al Gobierno. Sesudas mentes ninguna de las cuales son de los partidos de la coalición, lo que es una pequeña paradoja. Les diría quienes son si el Gobierno lo contara, pero entonces sabríamos lo mismo que ellos.
No se preocupen, son los listos habituales, harán un papel enjundioso y no les harán caso. Porque, parece, que Sánchez quiere apañar el asunto con la derecha y a los socios de la investidura les molesta.
Sí; ya sé que no se habían puesto a pensar en ello, pero, damas y caballeros, el domingo se acaba. Mañana es lunes (hasta hoy, como ustedes saben, todos los días eran lunes, como dijo el soldado de azul que salía en las ruedas de prensa).
Y si mañana es lunes. SÍ; estamos "desalarmados", deberíamos volver a los afanes, a ver cómo serán las cosas ahora que hemos bajado de los balcones. Y no serán fáciles.
Bien,
habrá que preocuparse un poco, señoras y señores, les tengo dicho que no estamos de parranda,
estamos de pandemia: hay que protegerse. Y también estamos de crisis, gasten
si pueden y tienen, porque eso ayuda, dicen ya todos los expertos, pero séanme
razonables. Séanme razonables.