Desde mi caverna, día 39: no hay rollito de pacto; hay bronca de hoguera
Pues nada, los muertos son tuyos, que hiciste recortes. Pues entonces, yo te llevo a la cárcel. Lo voy a hacer como quiera, lento y gradual. Pues vale, entonces nosotros pasamos de ti y presentamos la Comisión para negociar. Yo la quiero presidir; yo también.
El debate es quien la tiene más grande: me refiero a la lealtad patriótica, naturalmente. Quien maneja el más burdo rumor. Ya sabemos cómo funciona esto. Más crítica que posibilidades de encuentro.
Nada de autocrítica del gobierno para calmar las aguas que, fake a fake oficial y lío a lío gubernativo, bajaban turbias. Nada de aplazamiento de ajuste de cuentas en la derecha.
La falta de cifras y números fiables, la desconcertante gestión, hasta de lo que parece simple, las contrataciones chapuceras abundantes, el calamitoso empeño en las compras centralizadas por quienes llevaban una década sin ir de compras, el abuso de soldados, policías y expertos como escudos no alteran al gobierno, que sigue en la suya.
No hay tregua en la derecha. Lo de VOX, desaparecido en la gestión de grupo más irresponsable de la pandemia era de esperar. Lo del PP es más difícil de encontrarle asiento.
Cierto es que el asunto ese de que todas las oposiciones del mundo mundial son una piña con sus respectivos gobiernos es un cuentito que gusta mucho en La Moncloa, aunque no muy cierto: solo hay que darse un garbeo por la prensa inglesa, francesa o norteamericana, por un poner, y eso sin hablar de otros sitios más calientes.
Por cierto, socios de Sánchez llevan absteniéndose desde el principio y ya han anunciado que no "blanquearán" al presidente (ERC) o ponen verde a Iglesias (PNV) que va a la suya y no negocia con nadie.
Es cierto también que, a medida que los confinamientos se prolongan, el apoyo social a la crítica más furibunda crece.
El PP ha apoyado todos los estados de alarma, pero con escaso entusiasmo. Es como de lealtad un poco baja en calorías, para entendernos. Le salió bien a Casado la triquiñuela parlamentaria, pero presentar la creación de la Comisión negociadora en el Congreso, por su cuenta, parece un exceso algo felón.
La verdad es que a la ciudadanía que las formaciones políticas vayan dos pueblos por delante, olisqueando elecciones, se nos da una higa. Todavía no hemos salido de esta, todavía no sabemos cuánto durará y, sobre todo, no sabemos cómo vamos a pagarlo.
De Europa no llegan malas noticias. Parecen dispuestos a salvar la tienda, poniendo mucho dinero. Otra cosa es no solo cuánto nos toca, que no será poco, sino en qué forma se hace y cómo la gestionamos sin sobresaltos, en un escenario más largo del que preveía el gobierno y más duro.
Para eso es para lo que necesitamos, el gobierno, pero sobre todo, la ciudadanía, un acuerdo de mínimos que dé estabilidad. En Cataluña no han rebajado el nivel de bronca, antes lo contrario, aunque el panorama electoral se ha alargado. Y en Podemos no paran de enredar, dando codazos.
O sea, que dígase lo que se diga, necesitamos al PP. Cosa de la que los populares no deberían abusar que cuando se pone uno el traje de imprescindible se le acaba yendo la mano.
Un Partido Popular que se tendrá que tragar algún sapo, que tiene que poner alguna idea, que no sea el recetario del viejo liberalismo ya en desuso. En la Constitución y en el sentido común caben un montón de cosas que no lesionan el ideario popular.
También el PP podría dejar de mirar a los de VOX, más interesados en mandar a Smith a decir tonterías en los tribunales que en otra cosa.
Es cierto que, en ese escenario, tiene derecho a reclamar al gobierno, al menos, que se responsabilice de las tontadicas que nos viene regalando y a que aumente su grado de transparencia.
No hay rollito de pacto, hay bronca de hoguera. Ya lo decía Vara hace un par de días: sigan así y la clase política española desaparecerá entera. Y es socialista, aunque de los antiguos, antes de que la Ejecutiva se pasara a los pitufos gruñones.
En fin, nuestro trabajo, hasta que lleguen las elecciones, es quedarnos en casa, sacar a las criaturas un ratito a partir del domingo y armarnos de paciencia. Mi nieto y mis nietas dicen que todo saldrá bien y yo les creo.
Banda sonora: La mandrágora. Un burdo rumor
Fotografía: ¿Para mí no hay una farmacia? Seguro que para el perro sí