Cuidado con lo que escribes: los cronistas también acabaremos en un parking
Según las mañanas de la 1, la violencia fue policial y dice el tal Ruiz, de la banda de Cintora de "a un fascal la hora", que (el boicot a La Vuelta) lo ha hecho "el mundo del deporte", algo audaz parece el relato populista. En el mismo programa, una señora gritona afirma que los fachas (que somos los que no estamos de acuerdo con ella) dejemos de "insultarla". La Cadena Ser tituló: "Una multitud se defiende con vallas de la Policia…"
Es bien sabido que a lo largo de la historia solo viaja gente peligrosa (soldados, mercenarios, traficantes de esclavos o ciclistas, por un poner). Es probable que, por eso, Pedro Sánchez se sintió en la obligación de advertirnos que 184 ciclistas, de 34 nacionalidades diferentes, eran un peligro. Al parecer, una serpiente de 23 colores amenazaba con perpetrar un genocidio. Los que no atribuyamos tal maldad a los ciclistas somos fachas. Por cierto, ¿Pedro, de los saharauis, qué?
Por ejemplo, lo fetén es lo que ha declarado el nuevo presidente de la Unión de Estudiantes de Oxford: "la derecha es un cáncer que debe ser eliminado por cualquier medio necesario", afirmó, mientras celebraba el asesinato de Charlie Kirk. Votos para Trump, del mismo modo que aquí se le regalan respiros a Sánchez.
Es que los universitarios que estábamos contra el franquismo y contra el terrorismo éramos fachas, por no aceptar la muerte como argumento. ¿Qué separa a Netanyahu de ese izquierdista? Queda escrito: nada (puedo ir al parking cuando quieran)
El pasado 25 de marzo, La Volta (carrera ciclista en "territorio singular") celebraba el triunfo de Etan Vernon, que cruzaba la meta con un maillot azul con el nombre completo de su equipo: "Israel". No había ninguna bandera palestina en meta, probablemente, los aguerridos somatenes catalanes estarían ocupados. Pero los organizadores de La Volta no son fachas. En Cataluña no hay fachas, ni xenófobos que no les gusten los inmigrantes, es que son "etniticistas". Claro.
El problema son los precedentes, amigos y amigas, son los precedentes. Espero que Pedro convoque a paralizar los partidos del Barça, que han recibido una palanquita de un país (El Congo) denunciado por crímenes de guerra y genocidio ante el tribunal internacional. Quizá el Gobierno prohíba comprar a las administraciones públicas a CAF, denunciada por la relatora de las Naciones Unidas, por cooperar con la movilidad en territorios ocupados. Espero que el delegado del Gobierno en Madrid organice un "operativo" de esos tan monos para impedir los partidos del Atlético de Madrid, uno de cuyos máximos accionistas es israelí.
Aunque siendo los del Barça catalanes y estando la CAF en Beasaín y siendo Almeida del Atleti me temo lo peor para los madrileños.
Ya se ha escrito aquí lo que uno piensa sobre el exterminio programado de los gazatíes. Ahorren exabruptos, que los veo venir. Mi problema, como simple opinante, es que es más cuidadoso con las palabras y la libertad de opinión mi contertulio Luis Blanco, que no comparte la mía y es más bien derechoso, que los de izquierda que se refieren a los demás que no compartimos sus criterios.
Lo mismo tengo dicho de la libertad de manifestación, faltaría más. Ahora bien, defiendo con la misma firmeza el derecho de los demás a expresar otra opinión, aunque no sea la mía, y a respetar el derecho a los que no desean manifestarse a ocuparse de sus cosas.
En mis tiempos, lo de "vecinos, mirones, bajad de los balcones" era más que suficiente. ¿Podíamos gritarles, mientras ellos y ellas veían girar a los ciclistas? Probablemente, sí. Pero si Pedro dice lo contrario e Irene va con escoltas a la "manifa" no debemos escribir nada. Vayamos a un parking clandestino.
Los precedentes son los precedentes. Nunca unos deportistas tuvieron que recibir su premio en un podio clandestino en un aparcamiento.
Ya les dije que lo de Gaza era una "industria del sufrimiento". Dentro de ese negocio incurre el interés político de casi todos y los medios de propaganda habituales no solo hacen propaganda: monetizan el horror.
Espero que, ahora, Sánchez obre en consecuencia y nos ponga a todos a comportarnos éticamente, porque solo él sabe lo que es ético, como bien se sabe.
Así pues, empecemos. Espero que los aguerridos gudaris caminen hacia Beasaín para cerrar CAF. Espero que el audaz gobierno retire la nacionalidad a los sefardíes. Espero que, inmediatamente, renunciemos al saldo exportador de mil millones favorable a España. Espero que se cancelen las relaciones con las 30 empresas españolas que operan en Israel. Espero que desaparezcan del mercado las 126 marcas que comercian con Israel.
Espero la cancelación del cinismo: CAF, Amadeus, Indra, Naturgy, Mango, Danone, Donuts. Indra, Netslé, Microsoft, Apple, McDonald, Orange y otras. Vamos valientes, hay que retirarlas del mercado.
¿Qué tienen los ciclistas que no tengan estas marcas? Son más vulnerables, ganan menos. Cuidado con lo que escribes, los cronistas también acabaremos en un parking.