Año de palmas y trompetas

02.01.2022

A Barenboim pongo por testigo. Como el año que fue, estaba yo dudando si aplaudir la marcha Radetzki o arrastrarme hacia mi afamado y recuperador caldo de Año Nuevo, sanador de males de Nochevieja, cuando, se lo prometo por los abundantes Strauss, que vi en la pantalla a un tipo idéntico a Sánchez aplaudiéndose a sí mismo.

La izquierda tiene cierto complejillo con lo de las palmas a Radetzki. Hasta los hijos del viejo Strauss, revolucionarios vieneses, andaban un poco mosqueadillos por el musical y emblemático homenaje al militar. Pero si hay que aplaudir se aplaude, la resaca de inicio de año lo vale.

Ahora bien, que un tipo parecido a Sánchez salga aplaudiéndose, es, créanme, una premonición del año que nos viene: año de palmas y trompetas, loas al gran conductor.

Incluso, igual, entre sus propósitos de año nuevo está aprender a tocar la trompeta, a medida que los aliados y aliadas vayan acercándose a sus retos electorales las palmas y enardecidos elogios se reducirán.

Los datos de inicio del año no son especialmente optimistas. Incluso en el seno del PSOE existen dudas sobre los cánticos de Sánchez y Calviño sobre la bondad del presente y del entusiasmante futuro que nos aguarda.

En lo económico los precios parecen una seria amenaza. Por muchos trucos estadísticos que hagamos para hacer creer a la ciudadanía que pagamos lo de hace un par de años de luz, la verdad, verdadera, es que no. Como tampoco que el escenario sea coyuntural como el de la inflación.

Datos que afectan a su comportamiento económico. El año nuevo pasado ustedes tenían ahorrados en sus bancos, del tiempo de la pandemia, casi 64 mil millones de euros. La Señora Calviño contaba con que ustedes se los gastaran. Pues no; se han asustado ustedes con los precios y las expectativas y han vuelto a guardar su dinero añadiendo 25 mil millones a lo que habían ahorrado.

Para que ustedes me entiendan, la economía española funciona cuando ustedes se endeudan y las empresas se endeudan para satisfacer los bienes que ustedes demandan. Y no; esto no está ocurriendo y esto es lo retrasa los crecimientos de la economía española que no alcanzan lo previsto por la ministra.

Más aún, si leen en el Banco de España que tanto empresas como familias perderán renta, su grado de confianza irá retrocediendo. El índice de confianza del consumidor ha caído un diez por ciento desde el verano y si hablamos de expectativas de futuro la caída, desde el mismo periodo, es del 16%. Una confianza que creció mes a mes justo hasta que la ministra de la cosa hizo sus pronósticos.

Luz, gas, combustibles, impuestos a la movilidad, cuotas de autónomos, algún que otro impuestillo que tenemos por ahí - sociedades o catastrazo en curso- alteran las expectativas en términos no muy positivos.

Estos índices coinciden básicamente con casi todas las encuestas que alertan a los socialistas de que, incluso sus votantes, empiezan a compartir este pesimismo. Será un trimestre o serán dos, en el mejor de los casos, pero suficiente para bajar la moral del personal.

Es probablemente esta la razón por la que el Gobierno se ha pasado a la estrategia Ayuso, qué asesina la presidenta que no quería confinar a nadie como ahora en la Moncloa.

La explosión de contagios es otro factor que no anima, por mucho que no nos cierren, no solo porque afecta a la cadena de suministros con origen en China, sino porque limita expectativas inversoras e intercambios comerciales.

La cuestión, en fin, es que políticamente no se perciben razones para el optimismo, aunque, efectivamente, no parecen percibirse indicios de conflicto social. El alineamiento sindical y de las organizaciones sociales con La Moncloa no están llevando a la calle el excepticismo que revelan los datos.

En ese contexto, se realza el valor del relato. Las palmas y las trompetas adquieren valor como anestesiante social.

La cuestión es, primero, si será suficiente el manejo de la estadística, la tortura de las cifras hasta que canten lo que deben cantar. La segunda es si la compañía del Gobierno puede compartir tanto optimismo.

Las elecciones en Castilla León y Andalucía colocan a la izquierda del PSOE - cuatro partidos políticos y una vicepresidenta sin partido- dificultan la estrategia de frente amplio que muñen desde el Ministerio de Trabajo.

Sea por una razón u otra, el caso es que Sánchez está convocado a palmas y trompetas. Que ustedes lo disfruten, feliz año.

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