Una de tanques, un paso más

25.01.2023

Si ustedes han entendido que mil blindados, al mando del general Patton, por un poner, están a punto de cruzar Ucrania para liberar el Dombás y sellar la frontera con Rusia, es que no han prestado atención.

Vale, que dicen ahora las brillantes comunicadoras premiadas, la medida es ahora importante porque es un paso que convierte, definitivamente, la guerra en una guerra de occidente contra Rusia.

Occidente no lo ha buscado ni Ucrania representa los intereses occidentales. También, es cierto que lo que hace Occidente es desarrollar políticas defensivas: solo se quiere ayudar a Ucrania.

Pero el caso es que habrá tanques para apoyar a Ucrania, a la que entre todos los países occidentales ya les hemos debido poner un par de ejércitos nuevos, desde que empezó la guerra.

Poner tanques no significa que la guerra se termine, probablemente significa más combates. La guerra de Ucrania aún durará meses. Pero, más allá, el envío de tanques supone un cambio relevante en la política respecto a la guerra, pero lo de los tanques no va de días.

No cabe duda que Ucrania obtendrá una ventaja militar a meses vista. El M1 Abrams (USA), el Leopard 2 (Alemania) y el Chalenger 2 (Reino Unido) son más poderosos que los T-72 (soviéticos) que forman la mayor parte de los tanques rusos. Lo mismo ocurriría si los franceses decidieran mandar sus Lecrerc.

Pero, además del necesario entrenamiento, salvo Polonia con extremadas ganas de hacerse perdonar sus pecados europeístas, y algunos alemanes, el resto de los blindados pueden tardar meses en llegar. Habrá que ver, por ejemplo, el estado de los Leopard que están en Zaragoza o cómo harán los americanos para poner sus aparatos antes de un año en Ucrania.

Más parece que esta aparente ventaja sugiere que los ucranianos estarían utilizando esta potencial nueva capacidad para producir negociaciones y un alto el fuego más que afrontar ataques a Rusia, entre otras cosas porque el número que se ofrece tampoco parece muy allá, propaganda aparte.

Ucrania había pedido 300 tanques. Los anuncios que hoy se han hecho, desde Alemania, Polonia, España, Reino Unido no superan el centenar. No solo muy corta la concesión, sino que necesitan de entrenamiento y, en más de un caso, ponerlos en funcionamiento. Hay mucho tanque oxidado, ya se lo aviso. Los fabricantes de blindados están, sospecho, encantados.

Es muy relevante el cambio de posición alemana, presionada por Estados Unidos con toda seguridad.

Alemania es el país europeo que más recursos ha puesto en Ucrania: muchas armas móviles, vehículos blindados... No tenía Scholz, el canciller, muchas ganas de poner blindados en soledad (Francia y Reino Unido estaban mirando al techo). Solo Polonia encabezaba la manifestación. El compromiso, en consecuencia, es tan limitado como el de Estados Unidos (14 tanques).

La decisión europea tiene que ver con la alianza con los Estados Unidos. Alemania tiene una historia bélica que hace que su opinión pública sea renuente a ser líder militar europeo. La división de la opinión publica es notoria. Acaban de nombrar un nuevo ministro de Defensa y la ansiedad por las relaciones con Rusia existe en muchos sectores alemanes, no solo del empresariado, también de la política.

Pero Alemania no ha tenido más remedio que cruzar la frontera de los tanques, aunque con tanto tiento que parece poco comprometido para muchos.

La política de los tanques muestra una falta de encaje entre los objetivos ucranianos y los aliados. Esto ya ha pasado al principio (la preocupación por la amenaza nuclear), cuando se discutió la exclusión aérea o cuando se valora el armamento a enviar.

Occidente se ha puesto duro, aunque a plazo medio. Y lo hace cuando la guerra alcanza un punto crucial y, no es poca cosa, cuando los almacenes de gas están llenos. Pero números de tanques, los plazos para su llegada, etcétera crean no poca incertidumbre sobre la eficacia. Aunque de eficacia tampoco parecen sobradas las tropas rusas y sus mercenarios (Wagner recluta presos, al parecer)

En el futuro, es probable que la falta de ajuste más importante se deba al final de la guerra, especialmente a la intención de Ucrania de recuperar Crimea de manos de Rusia. La clave aquí será la postura del respaldo indispensable a Ucrania por la administración estadounidense.

Hoy, Volodymyr Zelenskiy - cuya imagen de duro contra la corrupción era una exigencia europea - finalmente ha obtenido un poco de lo que pidió cuando voló a Washington antes de Navidad. Pero al lograrlo, ineludiblemente, ha puesto, aún más, el futuro de Ucrania en manos de Biden.

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