Sin Delon, Rocco ni Tancredi
Siendo viernes y fin de semana, mi jefe radiofónico, don Juan Ignacio Ocaña, me tiene prohibido reflexión sesuda. Peor para ustedes.
Les recordaré que el lunes pasado falleció Alain Delon, una figura del cine francés de la que todo el mundo reniega. Para ser exactos, si Delon en lugar de 88 años hubiera tenido, hoy, 24 no hubiera rodado ni una película y, probablemente, no le hubieran dejado pasar por un estudio de cine, salvo para poner cafés.
Ustedes pueden recordar al oportunista Tancredi que, en "El Gatopardo" de Visconti, se aprovecha de su tío, el príncipe Fabrizio, conturbado por la entrada de Garibaldi en Sicilia y el final de su viejo mundo. Ya saben "Que cambie todo, para que todo siga igual".
O quizá venga a su memoria el atormentado Rocco, procedente de Basilicata, permanentemente inadaptado a Milán, y dramáticamente enfrentado al amor y a su hermano en "Rocco y sus hermanos", también dirigida por Visconti.
Ambas películas son de 1960, en ambas coincidiendo con Claudia Cardinale y Visconti y ambas encumbraron a Alain Delon..
Pero Delon no hubiera filmado ni un corto en estos tiempos de los principios de igualdad y respeto a la orientación sexual y a lo políticamente correcto.
Esto nos hace plantearnos una duda: ¿debemos quemar sus películas, no recomendarlas, encerrarlas bajo siete llaves? ¿Podemos salvar al actor y condenar al hombre? No son pequeñas preguntas: tiene que ver con la producción cultural de la que quizá no somos, pero sí venimos.
El cine, desaparece, entre otras cosas, porque hombres malditos no pueden verse en Netflix o las plataformas, donde las historias de antes son incontables y no aparecen nuevas historias que contar. Los hombres y mujeres de antaño tenían sus historias y sus viejos falsos héroes. Hoy solo tenemos superhéroes, pero no hemos creado historias.
Aquellas generaciones que sobrevivieron a dos guerras mundiales y a guerras civiles, seguramente no eran muy correctas ni menos aun perfectas. Hubo que arrancar libertades sociales, culturales o políticas, pero quizá no nos dejaron un mundo tan incompleto. Sí; la mejora y el avance personal y cultural es necesaria e inevitable, pero francamente, no solo no acaba de llegar sino que su construcción desde cero oculta una parte de lo que, en el pesado, construyó la identidad colectiva.
No acabamos de decidir si debemos quemar el pasado o construir nuevas historias. Es más fácil derruir estatuas que construir nuevos héroes, lo del tiktok no acaba de contar.
¿Por qué Alain Delon, el hombre más guapo del mundo, el actor de Visconti, se convirtió en el actor más odiado del cine francés y europeo?
Con Alain Delon se cumplió lo mismo lo que se dice de muchos afamados actores y modelos: que "habitan tragedias". La suya comenzó en la infancia y le convirtió en un hombre cruel. Y también detestado.
Es imposible odiar la belleza, pero cuando se pierde en la vejez es fácil caer en el descrédito y el desagrado. Eso le pasó a Delon, el hombre más guapo del mundo en su época, el icónico actor y un conquistador sin fin. En realidad, su destino se selló en la infancia, al ser abandonado por sus padres recién divorciados a una casa de acogida.
Aunque la biografía de Alain Delon está trufada por tragedias intermitentes, fue a partir de 1990 cuando comenzó a ganarse su reputación de hombre desagradable, amargado y duro.
Decíamos que, en la década de los 90, Alain Delon comenzó a caer mal, muy mal. Tenía ya 55 años y parecía compensar el protagonismo que antaño tuvo gracias a su belleza y su talento artístico, también con tórridos romances, como con Romy Schneider, con declaraciones incorrectas: chocantes y polémicas.
El crédito icónico de Alain Delon quedó impugnado definitivamente en 2019, cuando la concesión de la Palma de Oro a toda su carrera, en Cannes, propulsó una campaña de protesta monumental. Fue entonces cuando trascendieron sus declaraciones homófobas, en las que calificaba la homosexualidad como «antinatural».
La intolerancia de Alain Delon tenía mucho que ver con sus inclinaciones políticas: era admirador y amigo personal de Jean-Marie Le Pen, líder de la extrema derecha francesa. Además de homófobo y racista, también era violento: él mismo había reconocido que había abofeteado a una mujer, Rosalie van Breemen.
Probablemente la mejor descripción de Delon la hizo Vincent Lindon, el actor y ex de Carolina de Mónaco, que le describió así: «No es un actor normal. Ni siquiera es sexy, ni masculino, ni femenino: es "una belleza infernal".
¿Puede una belleza infernal ser actor hoy en día?: me temo que no. Yo por si acaso he vuelto a ver "Rocco y sus hermanos" esta semana"; lo confieso, he pecado contra el canon moderno. Ignoré al hombre, solo vi al actor. Y hoy, siendo viernes, me tomaré en la taberna un vino en su memoria.
Que quieren que les diga, pertenezco a los viejos héroes, tan incorrectos e infernales. Sean felices.
(Clicktertulia. 23 de agosto, 2024. ClickradioTV)