Los trepadores y la fundraiser, el cuento que asusta en La Moncloa

03.07.2024

No hace muchos días, uno de los blogs de economía más leído publicaba una entrada con enjundioso título: Rectores o Trepadores. (Dolado, J.J. ¿Rectores o Trepadores? 18 de junio de 2024. Nada es gratis. https://nadaesgratis.es/dolado/rectores-o-trepad).

Citado queda para que no me cierre la página el Gobierno, por prácticas seudoperiodísticas.

El artículo es muy recomendable. Explica muchas de las razones que explican el tradicional nepotismo de nuestras universidades públicas, su dependencia política y algunas malas prácticas nacidas de esa dependencia y lo que aparenta una selección perversa de sus máximos dirigentes. Les haré un "spoiler" : contiene salseo; es decir, ejemplitos de malas prácticas que les harán pasar un buen rato.

Aunque el articulo está firmado en fechas en las que ya conocíamos algunas cositas de Doña Begoña Gómez, el artículo no cita que la Universidad Complutense cobijó malas prácticas de la "fundraiser" más famosa del país. Para que los agentes inspectores de La Moncloa no se alarmen diré que lo de "fundraiser" no es un insulto, sino que así se autocalificaba la señora en sus publicidades.

Quiere esto decir que la señora del presidente se dedicaba a buscar fondos como ya se sabe. O sea, pillar dinero de otros para benéficas y estratégicas causas a cambio, al parecer, de beneficios reputacionales ante alguien.

Como ya he dicho aquí, que los asuntos nacidos de las misivas, las recomendaciones, las amistades peligrosas sea, delito o no, que todo quede en agua de borrajas es posible. Eso lo dirán los jueces. Pero todo suena a poca ética y menos estética. Eso sí.

Traigo a colación el tema porque se acerca la fecha. El día en que el juez, algo mosqueado con la fiscalía, el gobierno y el resto de la peña, recibirá a Doña Begoña. Pero más aún, porque cuando en la Moncloa creían que el asunto de la intervención europea aliviaba el trago, resulta que no está claro.

Que el juez, con toda seguridad tan malvado como facha, dicho en modo ironía, está investigando otras cosas. Por ejemplo, la Universidad Complutense nos ha informado ayer de que las contrataciones en el Master de la Señora fundraiser, con la anuencia del trepador de turno cabe suponer, no se sujetan a las normas universitarias. Esteban Urreitztieta lo ha contado hoy con documentación en el diario EL Mundo

Es entonces cuando un problema de tipo ético se convierte en un problemón. Este es el cuento que austa en la Moncloa. Porque contratar, evadiendo el derecho administrativo, tiene apariencia de presunto y descuidado – observen la finura de mis expresiones- indicio de delito.

También hemos sabido hoy, algo más notable. La Señora frundaiser ha pedido al juez que no se grave su imagen compareciendo, dada su relevancia pública. Esto, señoras y señores míos molesta un poco.

En primer lugar, la Señora Gómez no forma parte de entramado institucional alguno. Sí, es suficientemente relevante como para que un trepador conceda cátedras ficticias o máster carísimos a cuyos alumnos pagan las empresas que llenan las aulas.

Por la grabación de imagen ha pasado un presidente del Gobierno, con alegría socialista y de la izquierda de verdad verdadera, por cierto. Expresidentes y exministros. También diputados y diputadas, estatales y autonómicos, concejales o concejalas, alguno de ellos y ellas sobreseídos han sido grabados y sufrido la pena del telediario y expulsiones preventivas.

Qué pena, nunca resultó divertido, ni siquiera cuando el socialismo realmente existente aplaudía.

Por la grabación de imagen ha pasado alguna infanta. Sí; una tiene derecho a creerse una princesa, nacida para casarse con un presidente o un dentista, pero incrementar la creciente desigualdad ante la justicia que amnistías, sentencias constitucionales varias, huida del derecho público y cosas similares que nos ofrece la regeneración en curso no parece muy oportuno.

No es la primera vez que la izquierda pasa un mal trago. Siempre hubo trepdadores invitando y gente animando. Ya sabemos que ha desaparecido la malversación, el incremento patrimonial y todas esas zarandajas del viejo código penal. Pero no quedan exentos depredadores y fundraiser del dolor de un pleito.

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