La disculpa del salario mínimo

05.06.2019

Los datos del empleo de mayo han puesto chulitos a los portavoces del gobierno. Y "pa" chula, chula, la secretaria de Estado de la cosa, que ha solicitado al Banco de España, ni más ni menos, que pida perdón, por su alarmismo en relación con los efectos del salario mínimo.

Seguramente, el gobierno se vengaba de quienes el pasado enero, ante una destrucción de empleo muy acusada, señalaron al salario mínimo como causante.

Es cierto que cada vez que habla el regulador sube el pan; y no lo es menos que al Banco de España no le gusta que se suban los salarios de los mortales, con la excepción de los gobernadores del Banco de España, que cobran un fascal, porque ellos (siempre son ellos) lo valen.

Dicho esto, deberemos recordarle a la secretaria de Estado algunas cosas sobre las cifras de empleo: cierto que el nivel de afiliación se aproxima a los de antes de la crisis, pero entonces la tasa de paro era del 8% y ahora es del 14.

Es verdad que la ocupación crece notablemente, pero en cifras similares a las del mes de mayo del año pasado. Olvida la ministra que la población activa se ha reducido, quitando medio millón de empleos de las cuentas y, también, que el 91% de los contratos firmados son temporales.  Es decir, nos felicitamos por un mercado de trabajo más estrecho y más precario.

El Banco de España había afirmado en el informe que, según la secretaria de Estado, creó alarma social dos cosas: una, que mejor no se tocara la reforma laboral, cosa que la ministra de economía acepto con agrado; la segunda, que era prematuro afirmar que el salario mínimo no estaba teniendo efecto.

Aquí esta el quid de la cuestión que ha animado a la ministra a exigir las disculpas del regulador. ¿Puede afirmarse que tiene efecto o puede afirmarse lo contrario?

Uno viene a sugerir que tengamos paciencia, pues los datos son aún contradictorios.

Fíjense, por ejemplo, que en el sector donde más empleo se crea en Mayo, la Hostelería, la incidencia del salario mínimo, es muy baja: tan solo alrededor de un siete por ciento del empleo. O fíjense, también, que donde la cobertura sería importante, por encima del 15%, en el paro de larga duración, no se están produciendo cambios importantes.

Hace tiempo que la literatura económica aquella en la que el salario mínimo era el culpable de todos los males esta caducada. Los especialistas del asunto vienen señalando hace tiempo que son muchos los datos que pueden y deben analizarse.

Todavía no sabemos si el mercado esta ofreciendo alternativas; esto es, si las empresas compensan los aumentos salariales rebajando otras condiciones laborales, si están reduciendo, por ejemplo, los gastos en formación o seguridad laboral, o si se producen variaciones en las horas trabajadas.

Tampoco sabemos aún, si las empresas pueden estar compensando el aumento de costes con otras formas de empleo, como la del trabajador autónomo

En fin, parece que es tan pronto para condenar el salario como para exigir disculpas. Y sobre todo, mientras andemos con un 14% de parados y paradas, es tiempo de mucha prudencia. Pero lo bonito que queda pedirle a alguien que se disculpe, pensará la secretaria de Estado.

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