La democracia muere bajo los focos: un millón para votar a Trump
Es bastante evidente que Musk está comprando compromisos legislativos de Trump en materia de desregulación o competencia, por ejemplo. Musk está siendo promocionado por Trump para un cargo antirregulación, al mismo tiempo que sus empresas están involucradas en múltiples demandas antiregulación, blanco y en botella.
La corrupción en la política norteamericana viene de lejos. Quizá lo que diferencia a las viejas oligarquías de las actuales es que los antepasados de las actuales robaron o comerciaron con esclavos hace más de un siglo cosa que parece respetable. Los nuevos ricos usan el populismo y nuestros datos para amasar negocios.
Una cuestión previa es preguntarse si sortear un millón al día para comprometer un voto republicano es ético o legal.
Resulta algo sorprendente que ningún medio norteamericano haya manifestado opinión clara sobre el asunto. Aunque reconocerán que, al menos, s unuena raro y que de ahí a comprar votos va un paso.
Hay algo de patético en que un tipo como Trump, que se ha pasado toda la vida haciendo de "soy muy rico" su marca personal, sea manipulado financieramente por Elon Musk todas las noches, de aquí hasta las elecciones, poniendo un dinero que le sobra o que le debe a algún banco de los que financian sus cohetes
Musk es mucho más joven, mucho más rico y ha tenido una serie de trasplantes capilares con más éxito que Trump, como es evidente y, aunque compiten en vanidad, Musk se prepara para afrontar un futuro político y legal alternativo para salvar sus iniciativas.
Musk ha decidido construir su propia versión de una de las distopías más querida por el cine americano: ciudadanos pobres se ven obligados a competir en concursos mortales, en los que el ganador recibe un premio brillante que les cambia la vida y los perdedores son asesinados por deporte.
América está llena de películas de esas. Musk es el salvador de un competidor al día, mientras los demás quedan atrapados en la red populista
Elon, el hombre más rico del mundo, les está dando a los votantes con dificultades la oportunidad de ganar un millón de dólares si firman una "petición" a favor de la libertad de expresión y el derecho a portar armas. Y dejan su nombre y dirección, que ya les llamarán los organizadores electorales.
Solo por registrarse se obtienen 47 dólares (100 dólares en Pensilvania, un estado que debe ser más motivado, al parecer) y solo los votantes registrados pueden participar.
Está sucediendo en estados clave todos los días, desde ahora hasta las elecciones dentro de un par de semanas. Eso sí, su Comité de Acción Política lanzó una campaña contra la interferencia electoral, toda una ironía democrática del salvapatrias.
Las viejas estructuras de la vida política se revelan incapaces de lidiar con los tipos malos que se niegan a jugar según las reglas no escritas. De hecho, incluso las reglas escritas parecen estar en duda.
¿Es legal la maniobra de Musk? Solo tenemos en los Estados Unidos titulares cautos. El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, opinó "creo que es algo que las fuerzas del orden podrían estudiar". Un condicional tan inexpresivo que revela la debilidad de las reglas.
Mientras tanto, tenemos al hombre más rico del mundo en el escenario al servicio de Donald Trump. ¿O será al revés? Solo el tiempo lo dirá.
Trump y Musk se presentan en estos eventos, vean alguno, no se los pierdan, como tipos marginados oprimidos por las élites. "Uno de los desafíos que tenemos es cómo hacer que el público conozca esta iniciativa, porque los medios tradicionales no van a informar", se quejó Musk el fin de semana, en comentarios que fueron rápidamente recogidos por los medios tradicionales.
Además, si se es propietario de una red Social (X) hay que creer que los demás somos imbéciles para creernos tal patochada. Lo que se nos pone encima de la mesa es un evidente riesgo democrático, de una monetización del voto escandalosa, divisiva y regresiva.
Otras locuras incluyen las afirmaciones habituales de Musk de que Kamala Harris acabará con la democracia, lo que hace mientras parece comprar votos en apoyo de un hombre que ya ha provocado una insurrección y ha prometido explícitamente ser "un dictador" el primer día de su presidencia (abundan entre los populistas los que odian gobernar sujetándose al poder legislativo y no quiero mirar a nadie
"Así muere la democracia: con un estruendoso aplauso", dice la senadora Amidala en uno de los episodios de la Guerra de las Galaxias.
De hecho, al ver a Musk apostar todo por Trump, es difícil no creer que estamos viendo el nacimiento de una nueva oligarquía estadounidense.
Si creen que eso no nos afecta a los demás se están equivocando. Hay demasiados sueños de Edad Dorada y demasiado nuevo rico dispuesto a comprar votos sea con dinero, con regulaciones o con imposibles promesas. Nunca hubo gente tan relativamente rica o tan abiertamente abierta acerca de qué -y a quién- se puede comprar con una cantidad relativamente pequeña de dinero
La democracia muere un poco bajo los focos, en un escenario y con aplauso, una vez al día, en los eventos de Elon.