La censura: la nueva versión, más plana que un mantel.

21.03.2023

VOX aspira a un premio de producción. Los productores de "Moción de censura contra Casado" han decidido hacer una nueva versión que, según la productora, tiene distintos títulos: "Moción contra Feijóo" o, en algunas salas, "salvemos a Pedro y Yolanda".

Digamos que el guion era algo brumoso. El superhéroe de la primera versión ha pasado a desempeñar el papel del "actor secundario Bob" (tipo los Simpson); el prota, héroe de tiempos remotos, ha ejercido hoy de señor enfurruñado y la película estaba diseñada para que, al final, ganaran los malos. El destinatario del asunto, Feijóo, por cierto, se ha hecho, literalmente, el sueco.

Digamos, siendo caritativos, lo que hubiera dicho mi cronista cinematográfica favorita, Silvia García Jerez: la interpretación de los protagonistas de la moción ha sido "más plana que un mantel".

Hoy, en realidad, quienes nos sentimos huérfanos de izquierda hemos vivido momentos dolorosos. Escuchar la equidistancia de Ramón Tamames sobre la guerra civil ha resultado hiriente. Una pequeña empatía con aquellos y aquellas camaradas que le apoyaron en duros momentos no hubiera estado de más.

Que el alegato democrático lo haya alquilado Tamames a los que prácticamente no estuvieron es doloroso para sus viejos compañeros y compañeros.

También ha sido duro tener que reconocer que "el borrado de las mujeres" ha sido protagonizada por la izquierda. Que lo de Marruecos es una felonía y que hay tantos apoyos a Putin en la derecha extrema como en el Gobierno.

Esta nueva versión de la moción de censura ha permitido a Sánchez hacerse "un pavo real", leer un libro interminable y, muy especialmente, darle a Yolanda Díaz el momento fundacional de una fuerza política nacida para arropar a Sánchez en el incierto futuro de diciembre.

¿Y Feijóo? En Suecia, en la ambajada sueca quiero decir, mientras Cuca Gamarra se preparará esta noche para evitar que el tsunami que abrió Tamames y manejó el PSOE no le alcance.

Abascal ha tenido un nuevo "acierto" que, me temo, esta vez se volverá como "boomerang" contra él. No se ven muchas caras de vicepresidentes, para que engañarse, alrededor de Abascal. Ha dado pábulo a todo radicalismo realmente existente. Abascal se ha puesto un parapeto para que nadie le diga "hasta aquí hemos llegado"; al fin y al cabo, Ramón Tamames ya ha llegado a donde quería o podía llegar.

El PSOE realmente existente saldrá hoy henchido de satisfacción y Yolanda Díaz ha mejorado su capacidad negociadora frente a Podemos o cualquiera que se ponga por medio. El prócer ha leído su libro entero. ¡Qué importan los agujeros escabrosos de su gestión! Abascal les ha regalado un día de gloria.

Pero llegará el jueves y las cosas volverán a su penoso sitio. Sánchez conoce la verdad, pero no la usa ni en caso de emergencia: los colapsos administrativos (desde la Seguridad Social y el SEPE a la justicia o la gestión de los recursos que no llegan a nadie); que ni el PIB ni las horas trabajadas han recuperado los niveles prepandemia; la imposibilidad de que las familias alcancen los bonos universales o los ingresos mínimos vitales, porque la administración lo hace inviable; el borrado de las mujeres.

Nada de esto ha sido citado por el "actor secundario Bob", ni su portavoz. Supone mucho trabajo para él. No; diga lo que diga la izquierda de verdad verdadera, no será el fascismo el que derrote a las izquierdas, será el cabreo social de las gentes de izquierda, a la que Rufián ha llamado ratones, elegante que es el muchacho.

Nunca nadie le hará a Sánchez, a Yolanda y a Rufián, como hoy se lo ha hecho Abascal, un favor tamaño. La nueva versión les ha quedado plana, plana. Por favor, que llegue diciembre para que los ratones y  todos y todas podamos hablar y liberarnos de todos los populismos que abundan. 

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