El pueblo que adora a las vacas
La adoración por las piedras y los animales corresponde con la naturaleza más atávica del ser humano. Cuando usted vio a la nueva sacerdotisa mostrar a la vaca lo supo: los viejos dioses han vuelto entre nosotros y la sacerdotisas vuelven, como antaño, a enseñarnos el buen camino.
Usted creía que la modernidad era el laicismo público y la práctica, en libertad, del culto que usted decidiera elegir. No; era un error: por qué recurrir a obispos de Roma o patrios, a espías religiosos o imanes que viajan a Marruecos , pudiendo acudir a la sacerdotisa Lalachus y a la nueva diosa: "La Vaca"
La vaca es nuestro dios y Lalachus su profeta. Ella, la sacerdotisa, ha heredado los valores de las religiones telúricas, reencarnada como nueva chaman, ajena al patriarcado de sacerdotes y dioses, afirmará que "trabaja a distancia o "posee los espíritus mágicos más rápidos que existen" como las viejas religiones aseguraban.
También, nos convocará a sesiones de espiritualidad oriental que añade una avispada estrategia de fidelización: ofrece un programa de televisión, donde todo el mundo puede ser insultado, como si fuera X (antes Twitter).
Como país cosmopolita y moderno que somos, disponemos de la más completa de las ofertas en el mercado de la magia: al cura y al sacristán de toda la vida, portavoces de la magia oficial, se han unido toda clase de cultos y remedios espirituales para tranquilidad y sosiego de las almas atribuladas. Nos faltaba la "Vaca" y aquí está la presencia primitiva del animal.
La Televisión …españooolaaa, a todo bombo y como portavoz del estado del bienestar, nos ha señalado "el camino", por el gobierno alentado, de la nueva secta (no sé si pillan la ironía), con la misma fiereza que antaño hacía florecer a los viejos coros y danzas, también de tradición telúrica y primitiva.
Fiel a su "branding personal", los valores de la sacerdotisa solo pueden basarse en la austeridad y el desprendimiento material, el programa de la Televisión ….españooolaa, a todo bombo, anuncia que apenas paga a su conductor unas monedillas de agua para encontrar la primitiva religión en la calle de los humildes.
Sigue compitiendo, como se sabe, con otros sacerdotes que, en su carta de servicios, no presentan la categoría de Chamán, pero ofrecen una propuesta de alto valor añadido: "trabajan a distancia", no como Lalachus y su jefe que son de proximidad a la competencia, como se ha visto. O sea, que destripan los contenidos que se curra la competencia, con suma elegancia
No debe resultar sorprendente la ausencia de cualquier referencia a las dificultades patrias en la nueva creencia. La "Vaca" no está para menudencias, de los menudillos se ocupan las aves.
Como comprenderán, los espíritus de Televisión ….españooolaaa no conocen otro estado que el del bienestar y el salario superior desde su nacimiento. Sus recelos de usted solo se corresponden con el hecho objetivo de que ustedes pertenecen a sectas ajenas a las más modernas creencias.
La nueva sacerdotisa anuncia, desde sus variados púlpitos de la Televisión …espaaañoola, la cura a la enfermedad judicial. Cualquier analista no capaz podría atribuir tal novedoso producto a la mala intención de los "cabezas de huevo" de La Moncloa.
Nada más lejos de la realidad les dice un analista capaz al que Ustedes deberían contratar: atreverse a curar una enfermedad judicial, constituye, sin duda, un novedoso producto y una gran prueba para la experimentación de los espíritus primitivos: la Santa Vaca protegerá a quienes se vean concernidos por malvados asuntos judiciales, promovidas por sectas ajenas a las más brillantes creencias telúricas.
Cuando, siendo joven, anuncié a mi padre que me había pasado a las filas de los descreídos solo me pidió una cosa: que tu descreimiento no te lleve a ofender mis creencias. El hombre tenía razón y siempre respeté esa persistencia suya en ir a la iglesia, fuera en sábado o domingo. Pero es que en mis tiempos, había unos libritos en la escuela que se llamaban "urbanidad", que la nueva religión desprecia por no ser primitiva ni telúrica.
Pero eso ya no es moderno. Lo nuevo es ofender a quienes creen en algo que tenga que ver con alguna de las tradiciones que corren por nuestro país. Claro que la Televisión …espaaañoola no es tan valiente, ni paga lo suficiente, como para sacar una estampita de Alá convertido en cualquier cosa.
Señoras y señores, estimados lectores, sépanlo y anúncienlo a otros, somos un pueblo que adora a las vacas. Háganse con la estampita y no olviden que el uso de la estampita obliga a la jaculatoria, cosa que la que la nueva y telúrica sacerdotisa olvidó decirles. Cada vez que saquen, de donde sea que haya que sacarla, la estampita, deberán decir: "Corazón de Vaca en ti confío".
Quien dijo miedo: la religión nueva nos convoca a adorar a las vacas y nosotros y nosotras somos deudores de la profeta. Ella es Lalachus y sobre esa piedra edificaremos nuestra Iglesia.