Desde mi caverna, día 6: No; el tandoori masala no es de primera necesidad

20.03.2020

Sostiene Don Juan Ignacio Ocaña, mi jefe radiofónico, que el viernes debemos hacer otro tipo de radio. Por cierto, siguiendo mis consejos y para garantizar la continuidad operativa que dicen los banqueros, nuestros CEO radiofónicos están encerrados, su promesa de subirnos el sueldo, también. Yo juraría que lo prometieron; si cuela, cuela.

Se supone que "otro tipo de crónica es posible", con el objeto de animar sus fines de semana. La cuestión es cómo hacer una crónica desde la caverna sin saber lo que acontece. Respuesta sencilla: del mismo modo que ustedes, con el indiscreto guasap. Amigos y amigas, es que lo cuentan todo.

Ustedes se me habían hecho de menú hipster, con quinoas y productos japoneses, naturalmente originales, con más huella ecológica que el Falcon de Sánchez y tenían la nevera llena con el batch cooking de su madre (o sea, el táper de cocina en serie, que algún día su madre de usted le va a dar con la open hand un buen golpe). Ahora han decidido pasarse a la cocina confinada.

Y está bien, ya tienen edad. Pero en lugar de empezar por el huevo frito o la tortillita, han decidido irse directamente a las exquisiteces. Ayer, sin ir más lejos, recibo un guasap imperioso: ¿Dónde puedo comprar pasta de tandoori masala? Para qué, pregunté ingenuamente. He aquí la dramática respuesta: voy a hacer filetes de coliflor.

Momento ese en que el cronista tenía dos opciones: llamar al soldado ese de azul de las ruedas de prensa (el JEMAD, le dicen) para que aplique el código militar o contratar un sicario que rompa las manos del afamado Ottolenghi, que está haciendo mucho daño.

No; el tandoori masala no es un producto de primera necesidad y si cruzan la ciudad para buscarlo deberán ser detenidos o exilados a Pakistan o la India, por un poner, que allí hay mucho masala. Eso sí, guiado por la voluntad de servicio público al final de la crónica les diré como hacer algo parecido con las especias del confinamiento.

Pero, almas de cántaro o vasija, según corresponda, ¿van ustedes a dar filetes de coliflor a sus hijos? ¿Quieren que les odien durante el aislamiento? ¿Por qué no la hacen, en todo caso, con ajito y alcaparra como toda la vida?

¿Incluso, porqué no se dedican a la temporada?: Pueden hacer potajes de cuaresma que ya toca, aprender a hacer torrijas o, siendo días de San José y fallidas Fallas, pueden probar con los "esgarraets" que son pimientos con bacalao, pero en valenciano parece más notable. Se trata de un plato que no compite en la liga de los arroces, pero está de narices.

Es importante desde luego, señoras y señores míos, que mantengan sus aspiraciones de crecimiento personal durante el confinamiento.

Pero, para evitar las frustraciones sobre las que advierten los sicólogos, conviene que no traten de superar de golpe toda su incompetencia. Por otra parte, en la cocina, la moderación conduce al ahorro, al aprovechamiento y a la eficacia.

Consejo que no solo es para valientes cocinillas. También para tertulianos, por ejemplo. Acepto que los mismos sepan de todo, incluido lo que dice Torra. Pero no; no me creo que los mismos, los mismos, nos expliquen lo que es una curva logarítmica, sin haber pasado por una clase de análisis matemático en su vida. Si son de La Sexta, hasta son capaces de explicarle lo del Tandoori Masala.

Habitualmente, en estas crónicas de viernes, me acompaña el gran Javier Dotú que acaba su crónica con un poema. En su ausencia, les dedico estos versos de Pessoa que, quizá, les ayuden a mantener la calma:

Tengo un gran resfriado,
y todo mundo sabe cómo los grandes resfriados
alteran todo el sistema del universo,
nos enfadan con la vida,
y hacen que estornudemos hasta la metafísica.

He perdido el día entero sonándome.
Me duele ligeramente la cabeza.
¡Triste condición para un poeta menor!
Hoy soy verdaderamente un poeta menor.

El que fui otrora fue un deseo: se esfumó.
¡Adiós para siempre reina de las hadas!
Tus alas eran de sol, y yo por aquí sigo.
No estaré bien si no tumbándome en la cama.
Nunca estuve bien salvo tumbándome en el universo.

Con perdón, señor...¡Qué gran resfriado físico!
Necesito verdad y aspirinas.

Verdad y aspirina es un gran pedido para pasar el fin de semana y quedarse en casa. La aspirina la pone su médico, la verdad me la han contado mi nieto y mis nietas que me aseguran que todo saldrá bien. Y yo les creo.

PS: Tandoori Masala. En sus especias de confinamiento, no tendrá usted semillas de fenogreco, por un poner, ya le vale, pero seguro que esta mezcla se parece bastante al producto que busca: 3 cucharadas (sopa) de pimentón de la Vera. En cucharadas de postre ponga una de todas estas especias: cúrcuma, ajo en polvo, nuez moscada, pimentón picante, cilantro, cominos, clavos, jengibre. Remate con dos de sal, de tamaño postre.

Banda sonora: Banda sonora: Vainica Doble, con las manos en la masa

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar