Desde mi caverna, día 5: En “contienda bélica”, “la prima se relaja” y la guerra es cosa de “clases sociales”

19.03.2020

Nada tan hermoso como un buen titular. Los portavoces se han animado y ya compitan con periodistas para animar una noticia que sería aburridilla, técnica o simplemente retórica.

Esta mañana, un soldado que viste de azul en las ruedas de prensa (viene a ser el JEMAD, para no esconderles el grado) no ha podido evitar comparar la crisis del coronavirus con una "contienda bélica". Lo ha dicho durante la rueda de prensa diaria que el Comité de técnicos designado por el Gobierno realiza a diario.

"Estamos en guerra..."y nada como las virtudes militares, faltaría más, para superar nuestro aislamiento: "la disciplina, el sacrificio y la moral de victoria". Señor, sí, señor.

La crónica económica no se queda atrás. "La prima se relaja", copian el titular varios medios. Cosa que estando "en contienda bélica" habla muy mal de la señora. Claro que no es la hija de su tía. Hablamos, naturalmente, de la conocida prima de riesgo.

Nos habíamos olvidado de ella hasta que subió cuando el gobierno anunció el paquete económico y que, hoy, tras la intervención del Banco Central Europeo - uno que echa de menos a Draghi- se ha reducido de nuevo. Pues nada, estamos tan familiarizados y tenemos tan buen rollito que nos vale con "la prima" y con que se "relaja". Señor, sí, señor.

La prima viene a ser un porcentaje. O sea, que aumenta o desciende y sus respectivos sinónimos, en los que no está lo de relajarse. Y contra el virus se lucha cívicamente, con ciencia, con distanciamiento social, con sanidad. Puede haber mucha "moral de victoria", mi general, pero si no hay respiradores, trajes y mascarillas, ..., no sé si usted me entiende.

Abandonar una cuarentena puede ser irresponsable; despedir temporalmente habiendo declarado beneficios hasta hace una semana, es tratar de forma indecente a empleados y empleadas; afirmar que el coronavirus es una cosa de clases es intelectualmente frívolo y agresivo (el fugado de la cuarentena lo ha dicho, desmintiendo a Sánchez: ni Marx se hubiera atrevido). Pero ninguna de esas cosas puede calificarse de obscena.

Lo que menos necesitamos son lenguajes bélicos o imprecisos, ni en el terreno político y en el económico.

No; no estamos en guerra. No; no se relaja nada. Simplemente, las cosas ocurren, discurren y necesitamos que nos sean contadas con precisión porque vivimos en una caverna, vemos sombras, solo los que hablan en los medios pueden aproximarnos a la verdad.

No necesitamos caudillos ni carisma. Nuestras y nuestros héroes, no tienen virtudes militares, tienen miedo, vocación, voluntad y conocimientos. Lo que necesitamos no son arengas, sino a esos soldados que ayudan a la señora mayor a llevar la compra a su casa. Eso sí es heroíco, aunque no muy guerrero, mi general.

Amigas y amigos míos, abandonad las metáforas excesivas. No sois soldados en una guerra, sois ciudadanía en cuarentena. Cosa que no nos impide superar la pandemia como hacen los humanos: quedándose en casa, siendo solidarios y a golpe de optimismo y rigor.

Mi nieto y mis nietas no quieren ser soldados, solo superhéroes y superheroínas; aseguran que todo saldrá bien. Y yo les creo.

Banda sonora: Coro Salsomaggiore, Bandiera Rossa

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